El Cesefor investiga en fertilizantes desde su Área de Biotecnología
El trabajo forma parte de una de los tres campos en los que se trabaja desde el centro de Inbiotec, en León
Sede del Cesefor en Soria.
La Fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), en Soria, investiga sobre fertilizantes biológicos y la valorización de especies naturales de matorral, desde su centro de Inbiotec, en León.
Se han cumplido más de dos años desde que la Fundación se hizo cargo del centro de León donde centra su Área de Biotecnología. Mantiene la plantilla de ocho personas y ha incorporado un técnico más hasta llegar a nueve, según explicó el director del Cesefor, Pablo Sabin, quien aseguró que el objetivo es seguir creciendo en líneas de investigación de biotecnología aplicada a los recursos forestales.
En este sentido recordó que la biotecnología está más desarrollada en el sector de la agricultura y no tanto en el forestal, «que como todo llega más tarde». Agregó que «nos puede ayudar mucho porque en los bosques tenemos plagas y enfermedades a las que se puede hacer frente con microorganismos biológicos en lugar de hacerlo con químicos del petróleo».
En estos dos años, desde los que Cesefor se hizo cargo de centro, se ha realizado una transformación de la línea de actividad que anteriormente estaba centrada en biotecnología para farmacia y veterinaria que se ha reconducido al sector forestal, en el que el Cesefor es puntero en materia de investigación pero relacionados con proyectos de bioeconomía. «No hubiésemos podido hacer biotecnología sin Inbiotec», manifestó Sabin.
El centro de León tiene abiertas en la actualidad tres líneas de investigación. La primera está relacionada con la valorización de especies de matorral, como la jara, porque pueden tener importantes funciones como biocidas para ser usadas en la agricultura como productos naturales. En este campo se estudia la jara y otras plantas aromáticas.
La segunda línea está centrada en los fertilizantes de origen biológico. Sabin subrayó que con motivo de la crisis de los fertilizantes inorgánicos ante los problemas que generan en la agricultura, tanto en materia de emisiones como su difícil acceso en el mercado por los precios una de las alternativas que se plantean son los fertilizantes biológicos y «por ello estamos trabajando con bacterias fijadoras de nitrógeno y hongos que son capaces de mejorar los nutrientes de las plantas», explicó el director.
La tercera línea de trabajo está relacionada con la defensa en la lucha contra plagas y enfermedades. Se han iniciado actuaciones tendentes a identificar enfermedades como la avispilla del castaño y el picudo del piño piñonero, entre otros.
A estas se suma un trabajo muy interesante para la identificación y mejora, a través de las muestras de ADN, de especies protegidas como son el oso y el lobo, gracias a una subvención directa que el centro recibe de la Dirección General de Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León.
Los trabajadores de Inbiotec complementan la labor investigadora con la prestación de servicios a las empresas «porque también nos interesa posicionar el centro en este campo», concluyó Sabin.