La planta de biometano de Langa prevé arrancar en 2026

El Ayuntamiento de Langa de Duero realizó este martes un acto público para presentar el proyecto de la compañía Genia Bioenergy para construir una planta de biometano en el municipio cuya actividad se espera que comience a finales de 2026. La iniciativa, que contará con el apoyo de la cooperativa local Ribereña de Forrajes, se encuentra en la fase previa a la tramitación de los permisos, cuya concesión puede demorarse alrededor de un año, antes de comenzar su construcción.

Desde la corporación municipal, el alcalde, Iván Andrés, aseguró que el Ayuntamiento trabaja por «hacer llegar proyectos al municipio, fijarlos, crear riqueza y apostar por la creación de empleo». Si los plazos continúan, según las estimaciones, la empresa invertirá alrededor de «25 millones de euros y generará una decena de empleos directos de larga duración y unos 35 indirectos» para reducir el impacto de sus explotaciones agrarias y ganaderas «introduciendo la economía circular», puntualizó el alcalde.

La planta supondría una alternativa «limpia y sostenible para hacer frente al reto energético y producir combustibles propios», mediante la gestión de hasta 140.000 toneladas anuales de materia orgánica. Con ese objetivo, en la presentación del proyecto se dejó constancia de que el principal objetivo es «tener todos los trámites realizados antes del mes de agosto para cumplir con los plazos, empezar la construcción a finales de 2025 y comenzar con la actividad a finales de 2026».

Desde la empresa, Gabriel Butler, CEO de Genia Bioenergy, destacó que el proyecto prevé una planta de última generación que «ofrecería a las explotaciones ganaderas una vía de reducir sus costes, cumplir la normativa europea y disminuir el tiempo dedicado a los trámites administrativos por la gestión del residuo, además de disponer de más espacio en sus instalaciones y reducir considerablemente las molestias de olores e insectos que provocan las actuales balsas».

Producción anual

La planta producirá 75 GWh/año de biometano y estará situada en una parcela de seis hectáreas en el polígono industrial Alcozar, de fácil acceso directo desde la antigua nacional o desde la autovía «para facilitar el flujo de trasporte», según explicaron los promotores. Además, «las instalaciones tendrán una vida útil de 30 años, aunque serán necesarios entre 12 y 15 para amortizar la inversión», recalcó el CEO de la empresa.

Al proyecto también se ha sumado la cooperativa local Ribereña de Forrajes, que ven la iniciativa como «una alternativa sostenible para gestionar deyecciones ganaderas y otros residuos agrícolas de difícil gestión». El gerente del colectivo, Fernando Sánchez, explicó que «la cooperativa aportará el 80% de la materia prima que requiere la planta y será participe para dar estabilidad a los suministros mirando a un futuro de treinta años que de un beneficio social importante».

El tratamiento de los residuos orgánicos en esta planta supondría, además, un ahorro de emisiones a la atmósfera más de 16.500 toneladas anuales de CO2, por lo que contribuirá a reducir la huella ecológica de las actividades agroganaderas.

Con iniciativas como esta, la empresa pretende convertirse en el primer productor independiente de biometano en España y Portugal, donde ya ha anunciado más de una docena de proyectos, de los que cuatro de ellos se ubican en Castilla y León. Por ello, Langa de Duero se ha situado en el foco de Genia Bioenergy para «generar empleo y actividad económica ayudando a fijar población en el entorno rural», puntualizó el CEO de una empresa que se encuentra trabajando para empezar su actividad en dos años vista.