Pueblos de Soria donde la fiesta se vive a golpes
Cuatro localidades sorianas celebran festejos en las que golpear a los participantes forma parte de la tradición. Dos de ellas tienen la declaración de Interés Turístico
Las fiestas son sinónimo de diversión y alegría y son pocos los que las relacionan con dolor y ni mucho menos con golpes. Sin embargo las tradiciones son caprichosas y algunas fiestas se celebran, con un protocolo marcado en algunos casos por costumbres antiguas, en el que los golpes forman parte de la celebración.
En Soria hay al menos cuatro fiestas en los que los golpes son protagonistas. Dos de ellas cuentan con la declaración de Interés Turístico, pero todas cuentan con numerosos seguidores que no se pierden las celebraciones gracias a sus destacados protagonistas. Las puedes ver en estos cuatro pueblos:
La Pinochada. Vinuesa. Se celebra todos los años el día 16 de agosto por la festividad de San Roque. Los vecinos de Vinuesa rememoran una batalla con los habitantes de Covaleda, por la imagen de la Virgen del Pino, en la que los hombres contaron la ayuda de las mujeres. Los participantes se distribuyen en dos grupos, casados/as y solteros/as , cada uno pertenece a una cofradía. Los hombres son los primeros en representar la batalla en la plaza Mayor en presencia de las mujeres, que acuden ataviadas con el traje regional y armadas con pinochos (ramas de pinos). Después son las mujeres las que rememoran el enfrentamiento y una vez que concluyen comienzan a repartir inesperados golpes con los pinochos a los hombres, mientras ellos dan las gracias y dicen la conocida frase “de hoy en un año”. La mayoría de los pinochazos son leves, pero otros, si hay confianza, no tanto. Cuenta con la declaración de Interés Turístico Regional. Almazán.
El Zarrón. Almazán. Se celebra los días 17 y 18 de mayo con motivo de la celebración de San Pascual Bailón. La cofradía organiza unos festejos ligados a la tradición pastoril. La celebración es una procesión religiosa con el santo por las calles de Almazán. A ésta la acompañan los zarrones, tres hombres ataviados con traje de pastor y armados con unas zambombas, con las que golpean a todos los que se acercan. Esta figura surgió ante la necesidad de poner orden en la procesión para evitar que el público entorpeciera su recorrido. En la actualidad, los golpes los reparten al final de la procesión entre los que se acercan a recoger caramelos y dulces. Tiene la declaración de Interés Turístico Regional.
La Ronda. Duruelo de la Sierra. Se celebra el 18 de julio (Santa Marina) y el Martes de Carnaval. El festejo comienza con el recorrido por las calles de un grupo de músicos locales que con sus guitarras, laúdes y bandurrias entonan coplas populares. Está dirigida por dos jóvenes, denominados mayorales, que portan largas varas de avellano, con las que imponen respeto entre el público que acompaña la ronda que no puede salirse del recorrido. Les ayudan los motriles, los jóvenes de 18 años del pueblo, que llevan correas y son los que también reparten cintazos entre los que osan escaquearse del recorrido. Siempre hay quienes lo intentan. El Ayuntamiento ha solicitado la declaración de Fiesta de Interés Turístico.
El baile de la escoba. Osma. Se celebra el último día de las fiestas de San Mateo (septiembre). Los vecinos participantes se congregan en la plaza. Una buena parte de ellos portan una escoba. Entonces comienza a sonar la música y con ella el baile. Los asistentes tienen que estar muy atentos a los cambios de ritmo porque el despistado se llevará un escobazo, siempre desde el cariño, aunque no es de extrañar que los vecinos más mayores aproveche para impartir justicia.