Almazán celebra con Regino Cercadillo su centenario
La Diputación Provincial de Soria, a través del CEAS Zona de Almazán, ha rendido homenaje a este vecino natural de Centenera de Andaluz
Regino Cercadillo ya está en la nómina de los centenarios sorianos. La celebración ha tenido lugar en Almazán, donde reside desde hace tres décadas. Natural de Centenera de Andaluz, Regino nació el 7 de septiembre de 1924, en este pequeño municipio soriano, y ha sido testigo de los profundos cambios que ha experimentado su tierra a lo largo de un siglo.
El acto conmemorativo, organizado por el Centro de Acción Social (CEAS) de la Zona de Almazán, ha contado con la presencia de familiares, amigos y autoridades, quienes se han reunido para celebrar la vida y trayectoria de este centenario, que representa una parte viva de la historia de la comarca. Durante el homenaje, se le ha hecho entrega de una placa conmemorativa y se han destacado los valores de esfuerzo, dedicación y apego a la tierra que siempre ha mostrado Regino.
Por parte de la Diputación Provincial de Soria, ha asistido el diputado José Antonio de Miguel, quien ha trasladado las felicitaciones de la institución provincial al centenario, subrayando el orgullo que supone para la provincia contar con personas que han dedicado su vida a enriquecer el entorno rural.
El diputado ha subrayado la importancia de rendir homenaje a personas como Regino, cuya vida encarna los valores de una generación que ha contribuido al desarrollo de la provincia. "Es un honor para la Diputación poder estar presente en días tan especiales como este”.
Al homenaje se une el Ayuntamiento de Almazán donde vive como un vecino más, desde hace treinta años que reside en la localidad. La corporación ha hecho entrega de un recuerdo y un ramo de flores.
El acto de cumpleaños ha finalizado recordando anécdotas y vivencias de estos cien años de historia. Sin duda, una jornada emotiva que quedará en la memoria de todos los presentes.
Regino es el mayor de 3 hermanos, de sus dos hermanas todavía vive una de ellas, con la que se lleva 9 años de diferencia. Sus padres trabajaban de guardas en el bosque de San Martín, perteneciente a Santa María del Prado, por eso se crió siempre con sus abuelos en Centenera de Andaluz.
El amo vendió la finca donde trabajaban sus padres siendo todavía jovencito y llevó a sus padres a trabajar a un pueblo de Madrid, y con ellos se marcharon sus hermanas por ser muy pequeñas, mientras él continuó viviendo con sus abuelos en Centenera, allí fue a la escuela, recuerda que entonces era unitaria, iban todos los chicos y chicas juntos a la misma clase y eran unos 60. Le gustaba ir a la escuela, guarda un buen recuerdo de su maestro del que se acuerda de su nombre, aunque también recuerda como los métodos educativos eran diferentes a los de ahora y que tenía mimbres para pegar a aquel que no se portaba bien. Pero la vida en el pueblo era muy dura, los trabajos que tenían la gente en el pueblo, eran trabajar en el monte, hacer cisco o servir de jornalero, por eso se produjo en pocos años una emigración masiva, tuvo como consecuencia una bajada notable en el número de vecinos de la localidad.
De su abuelo aprendió las tareas del campo como segar, ya que lo acompañaba en algunas ocasiones a su trabajo. Antes de los 16 años se fue a servir a una granja del entorno, allí labraba la tierra, recogía fajos… el trato no fue bueno, por eso lo dejó.
A la mili fue en 1945 a los 20 años, era la primera vez que salía lejos de la provincia pues le tocó ir a los Pirineos. A la edad de 25 años se casó con Felisa de Gracia Gracia, natural también de Centenera de Andaluz, lo hicieron en su pueblo, ambos eran de Centenera. El matrimonio tuvo dos hijas. Se dedicaron a la agricultura, a la vez que trabajaba de jornalero, había que trabajar mucho para hacer frente a los gastos y poder salir adelante, también tenían unos pocos animales en casa que les ayudaban a la economía familiar, su mujer era la que araba la tierra con las mulas, mientras trabajaba de jornalero. Siempre ha vivido en Centenera de Andaluz hasta que su mujer enfermó, al final se vieron obligados a trasladarse a vivir a Almazán con sus hijas, por requerir sus cuidados. En Almazán lleva viviendo ya 30 años, desde hace 25 años es viudo, ha continuado viviendo con sus hijas que son las que comparten su compañía.
Cuando hace un resumen de su vida afirma que le ha tocado de todo, bueno y malo pero sobre todo trabajar mucho. Le ha gustado llevarse bien con todo el mundo y alternar, poder hablar con las personas de cualquier cosa, por eso conoce a muchos vecinos de Almazán, que lo ven pasear diariamente por la Puerta del Mercado, el Paseo Alicante o la Plaza Mayor o de tertulia con algunos de sus muchos conocidos. A pesar de sus 100 años no toma medicinas, goza además de una muy buena memoria y es autónomo para las actividades de su vida diaria.
Hoy su familia compuesta además por sus dos hijas, 3 nietos y 2 biznietos, junto a sus vecinos que gozan de su buen carácter, le desean muchas felicidades.