Denuncia de Alcozar por volver a enterrar restos humanos de una necrópolis en una ladera
Lamentan el mal estado en el que se encuentra el templo de la Virgen del Vallejo
La Asociación de Alcozar (Soria), pedanía de Langa, ha denunciado la inhumación de restos humanos procedentes de una necrópolis en una ladera que habían sido desenterrados en ese lugar previamente tras una intervención arqueológica y que posteriormente se volvieron a enterrar en el mismo sitio, en lugar de trasladarlos al cementerio de la localidad.
En un escrito, la asociación califica de «nefasta» la intervención en la ermita de la Virgen del Vallejo, dentro del Plan Soria Románica, a cuya necrópolis pertenecían los restos óseos que se desenterraron a raíz de unas catas sobre el terreno en el marco de una intervención arqueológica.
La indignación de la asociación parte de una reciente respuesta que ha recibido del Servicio de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, en la que se indicó que «los restos fueron recogidos en bolsas y lamentablemente se tardó mucho tiempo en gestionar su destino final, dado que desde al propia iglesia se manifestó que no era viable su inhumación en el cementerio por falta de espacio, se procedió a su enterramiento en una fosa que se practicó en la ladera».
En este sentido, la asociación expuso que los restos pertenecen a los antepasados de los vecinos de Alcozar y procedían de la ermita «de donde no deberían haber salido y el cementerio, que también pertenece a la Diócesis, fue capaz hasta hace relativamente escasos años de acoger las tumbas de una población de 500 habitantes».
La asociación, en su comunicado, dio a conocer que a principios de año remitió un escrito a Patrimonio en el que hizo hincapié del mal estado en el que se encuentra la ermita de la Virgen del Vallejo.
Meses después Patrimonio, según relata la asociación, emitió un informe en el que se concluye que «en la actualidad los restos constructivos, tanto murarios como de la bóveda y el ábside se encuentran en situación de riesgo inminente de derrumbe , la exposición a los agentes climatológicos en este estado puede ser fatal para la pervivencia de los ya escasos restos conservados del inmueble», a la vez que apuntaron que la propiedad de la ermita es del Obispado. Desde la Diócesis se indicó ayer que la autorización para esta intervención se autorizó hace 10 años.