ENTREVISTA / ALBERTO ANDRÉS CARRAMIÑANA
"Ahora 'tiras' de Google Maps y te lleva, pero el mapa está ahí y hay que hacerlo"
Plasmar una realidad física en un papel no tiene (aparentemente) misterio, pero sí un saber hacer no al alcance de cualquiera, ni siquiera de una App. Ahora que a golpe de clic o toque dáctil podemos recorrer el globo, nos acercamos al trabajo base, al de campo, al que hay detrás de Google Maps, de la Autovía del Duero o de la linde de un pueblo. Alberto lleva en ello más de tres décadas en el IGN. Ser topógrafo quizá no esté de moda, pero es una profesión vital.
Pregunta.-Hablamos de mapas, pozos, ríos, terremotos, volcanes…
Respuesta.-De todo no sé. Sé algo, sé lo que sé.
P.-¿Por qué no podemos vivir sin la cartografía, la topografía….?
R.-Para cualquier cosa que vayas a hacer tienes que conocer la realidad de lo que tienes, el territorio… es una manera de plasmar la realidad de lo que quieres conocer. Un mapa es una representación de la realidad, una realidad que puede ser el jardín de tu casa, tu vivienda, tu pueblo, tu provincia o el mundo. En función de lo que quieras llevarte a casa a representar o a estudiar, tendrás que barajar las escalas para meter esa realidad dentro de un formato de mapa.
P.-¿Dónde está el trabajo de un topógrafo y que desconocemos?
R.-La verdad es que no es una profesión muy conocida. Tampoco se ha utilizado mucho el mapa salvo en profesiones puntuales, técnicas… que utilizan mapas y planos, para hacer casas, una autovía… No se conoce mucho. ¿Dónde se ubica un topógrafo? Imagino que donde hay un proyecto de obra por ejemplo y luego donde haya un sitio donde se necesite plasmar una realidad del terreno.
P.-¿Qué mapas interpreta mejor, los físicos o los ‘de interior’?
R.-He conocido gente que se desenvuelve bien en el terreno y otra que tiene mala orientación. Para desenvolverme en campo o en ciudad, siempre he tirado de mapa. Cuando fui a estudiar a Madrid lo hice sin saber qué era muy bien la Topografía, pero para ir por la ciudad me gustaba mucho tirar de mapa y me defendía bastante bien. Hay gente que se pierde en cualquier sitio. (No me contesta sobre su mapa interior). No lo definiría como un mapa, sino como sensaciones… Cuando me hablan de mapas siempre son representaciones de realidad… Un mapa mío… Los sentimientos y todo eso no lo veo reflejado en un mapa. No veo mucha afinidad entre mapa interior y mapa, mapa.
P.-
¿En qué lenguaje nos habla?
R.-
El lenguaje del mapa es un lenguaje visual. Tienes que entender que hay una realidad física y que cuando ves un mapa estas viendo esa realidad física a través de una simbolización que se explica en una leyenda.
P.-¿Qué hay de humano en un mapa?
R.-Huy, sí, sí, sí…. Hay mucha interpretación que hay que hacer de la realidad. Además de la realidad física, está la interpretación que tienes que hacer de la topomía por ejemplo, cómo se llaman los parajes, los ríos, los caminos… Hay que tener… ciencia infusa. En dos mapas hechos por dos personas distintas la realidad física tiene que coincidir, pero luego hay cosas que quizá serían variables. Hay quien dará más valor a una cosa y otros a otra.
P.-Cuénteme por qué sin su profesión no existirían las obras públicas ni otras grandes infraestructuras.
R.-No por nosotros específicamente. Hay otros cuerpos técnicos que también podrían hacer mapas. Pero sea cual sea, el mapa es totalmente vital porque es una representación de tu realidad y esa realidad la vas a transformar con una construcción o vas a tener que adaptar una construcción a esa realidad. Para ello es vital tener esa realidad plasmada en un documento que te permita estudiarla y llevarla a cabo. Cuando me refiero a realidad es la realidad física del terreno. El mapa tiene que ser una cosa viva; si haces un mapa hoy, te representa la realidad actual, pero dentro de un año esa realidad te ha podido cambiar.
P.-
¿A usted los mapas le ayudan a encontrarse o a perderse?
R.-
(Ríe). Un mapa te ayuda a encontrarte. Hay que saber interpretarlo. De buenas a primeras, si no lo has utilizado, igual cuesta un poquito.
P.-¿Por dónde empezamos a proteger el patrimonio geográfico soriano?
R.-El patrimonio geográfico de Soria está bastante protegido porque es una zona donde hay poca actividad. De hecho, los mapas se actualizan con poca frecuencia porque no hay muchas cosas. Quizá donde más ha habido es en la capital, donde más cosas nuevas se han hecho. Y está el tema de los parques eólicos, que es lo que más afecta al territorio para actualizar, pero no es un cambio muy grande tampoco a la geografía como tal.
P.-¿Por qué hay quien dice que mi cerebro comprende menos los mapas por ser mujer que el suyo?
R.-Yo creo que no. Habrá chicas que tengan problemas para interpretar un mapa, como chicos también los tengan. Pero no por el hecho de ser mujer se es menos perspicaz para comprender las cosas. Yo soy de la idea de que las mujeres son mucho más perspicaces que los hombres y se dan cuenta antes, en general, de las cosas.
P.-Yo solo me acuerdo de los mapas cuando me pierdo.
R.-Si no llevas un mapa cuando te has perdido, mal. Para ir a los sitios, hacer viajes… de lo primero que se echa mano es de un mapa. Siempre acudimos a ellos cuando los necesitamos y se necesitan mucho. Los tiempos han cambiado y el concepto del mapa también. Todo evoluciona y hay que estar con los tiempos. Está claro que el móvil, las aplicaciones… son una maravilla. Ahora tiras del Google Maps, le dices dónde quieres ir y te lleva. (Se acabaron entonces los mapas). No. Es un mapa que ha evolucionado. Es una herramienta, el mapa sigue estando ahí, lo que pasa es que es un mapa digital y las aplicaciones son una maravilla. Pero el mapa como tal hay que hacerlo. El mapa está ahí y la aplicación se mueve sobre ese mapa digital, en función de ese trabajo.
Cuando yo llegué al Instituto Geográfico, la gente que había hacía verdaderas obras de arte. Había un trabajo inmenso. En aquel momento se empezó con el diseño asistido. Ese cambio de la plumita a trabajar con ordenador fue increíble. Esa transformación fue en mi momento. Ahora el momento es este otro, el mapa digital con mucho más detalle. Es el mapa digital que se vende a Google Maps y a otros y es el que está metido en las aplicaciones. A esas aplicaciones les puedes consultar cosas, pero detrás de esas aplicaciones y herramientas digitales, siempre hay un mapa que hay que hacer.
P.-¿Cómo son los ojos de un topógrafo?
R.-En cada profesión los ojos se adaptan a lo que se exige. Cuando vas al campo y tienes que hacer un trabajo, ves cosas que otros no ven. Cada uno lleva los ojos abiertos para lo que está habituado hacer, para lo que le preocupa.
(Ahora está en líneas límite, de término municipal, líneas jurisdiccionales… líneas reflejadas en cuadernos, en actas y ahora se les está dando precisión, tratando de recuperarlas. Hay sitios donde no quedan vestigios de por dónde está la línea límite. Los mapas reflejan las líneas bastante distorsionadas de lo que en la realidad son. Se trata de con la documentación que existe, recuperarlas. Llegar a esa posición requiere mucha ciencia infusa…).
P.-¿Quién modifica y cambia más la cartografía, el hombre o la propia naturaleza?
R.-Los propios fenómenos son mucho más brutales que el hombre en el tiempo. La erosión genera muchísima modificación. El hombre hace una modificación más inmediata, de hoy para mañana, pero a menor escala que los fenómenos naturales.
P.-Y ahora vienen los drones a cambiar las cosas.
R.-No. Creo que vienen a ayudarnos. Es lo que decíamos de los móviles y el mapa digital. El dron es una herramienta más y te ayuda.
P.-¿Un mapa nos aporta más orden o más información?
R.-Las dos cosas. El mapa te informa de lo que existe y te ordena las cosas para tú poder actuar, desplazarte. Te ordena el conocimiento del terreno.
P.-Dígame, ¿qué mapa lleva usted dentro?
R.-La verdad es que me gustaría tener un mapa muy bueno para sobre él trazar mi camino. Imagino que, como otros muchos, tengo inseguridades y es quizá por no tener ese mapa que me diga la realidad. Y poder decir con esta realidad tengo que ir por ahí. No sé… Quizá no tenga un mapa muy bien definido.