Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA / FELICIANO ALONSO MEDIAVILLA

«Miro el ahorro energético y valoro antes las cosas, hasta cuando cojo el coche»

Donde hace nada había vacunas y mascarillas, hay ahora avasalladoras facturas. Ni Borrell ni Botín sabían de lo que hablaban, de facto, cuando traían a su boca el gasto energético ciudadano. Él, que pisa suelo, se ensucia las manos y escucha las quejas del vecino, sí lo sabe. Conoce lo caro que sale, a veces, ser guays con la energía limpia y también que hay consejos de obligado cumplimiento. Echamos un vistazo a la realidad más inmediata con el presidente de los instaladores de gas, calefacción y fontanería. 

Feliciano Alonso.-MARIO TEJEDOR

Feliciano Alonso.-MARIO TEJEDOR

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

Creado:

Actualizado:

 Pregunta.– Digame qué puedo hacer para consumir menos calefacción. 

Respuesta.– Esa pregunta es muy buena, pero no es que tenga una respuesta fácil y mágica, ni nada por el estilo. Ahora lo que queremos todos es al fin y al cabo lo que dijo Borrell, aunque fuera una cosa extraña por decirlo un representante de ese calibre, que es consumir menos para tener menos gastos. 

P.– Mejor no le digo la factura de gas que me ha venido...

R.– Es lo que tenemos hoy en nuestro mercado económico, que no tenemos otra opción que esos precios, de acuerdo a esos acuerdos internacionales de revisión de precios. Esperemos que sea algo puntual o temporal, porque efectivamente, calculo que hoy el precio sea el doble del kilowatio hora con respecto a hace un año.

P.– ¿Y qué puedo hacer yo?, ¿grito, me hago insumisa o me manifiesto?

R.– ¿Qué puedes hacer? Bajar el termostato y tener menos horas de calefacción. En principio no queda otra. Porque cambiando de empresa suministradora igual no nos lleva a ningún sitio, pensando en que todas tienen los precios similares.

P.– ¿Y qué puede hacer por el consumidor?

R.– ¿Como instalador? Hombre, hay calderas que son poco eficientes energéticamente, que tienen poco rendimiento. Se desperdicia el calor de la combustión en irse por la chimenea. Si la gente tiene posibilidades económicas o quiere invertir, una forma de ahorrar en el gasto es cambiando el generador de calor, la caldera. Las de condensación actualmente tienen rendimientos altos. O también podemos irnos a la aerotermia, que sí cuesta más la instalación, pero conseguimos más ahorro en el gasto. 

P.– A ver, ¿de qué nos quejamos los consumidores sorianos en estos momentos?

R.– Los usuarios nos quejamos del precio, lógicamente. Del precio que tienen los combustibles en la automoción, la electricidad y el gas. Nos quejamos como el resto de los europeos. (¿Con razón o sin ella?). Es con razón, pero desde mi punto de vista hemos llegado a estas situaciones más graves en España que en otros países. Posiblemente por no tener una producción de energía del país, autónoma, con la que podamos ser competitivos y capaces de generar nuestra propia energía. O al menos en gran parte. Nos hemos quedado ahí a expensas de la energía eléctrica que nos venda Francia o del gas que nos vendan a cualquier precio.

P.– ¿De qué se queja el presidente de los instaladores de calefacción, fontanería y gas Ainfo?

R.– A veces de la autoridad de las empresas suministradoras. O de las empresas que nos contratan a la hora de sus exigencias, que son muy estrictas y los márgenes que nos quedan a nosotros como trabajadores son limitados. Nos quejamos también en el gremio de la competencia desleal, pero nos pasa a nosotros y les pasa a otros sectores. 

P.– ¿Por dónde empezamos a ahorrar antes, por la calefacción, el gas, la luz?

R.– Hay gente que no tiene gas, lógicamente. Pero en la energía de calefacción sí se puede ahorrar bajando algo el termostato y teniendo menos horas. Y en la electricidad teniendo más control del consumo.

P.– ¿Y usted mira el ahorro?

R.– Yo ya lo miraba antes. Soy como los mayores que dicen apaga esa luz o que son más sufridos. Entras en las casas y no están a 20 grados. Igual están a 17 y es porque son ahorrativos. Quizá por la mentalidad que tienen de su época. Sí, sí, yo lo miro. Miro el ahorro energético y antes de hacer las cosas lo valoro, hasta cuando cojo el coche.

P.–

¿Qué pensamos al hablar de facturas? 

R.

– Lo que nos viene a la cabeza es que no podemos intervenir en poder atajar esto, en este precio desorbitado. Nos vemos incompetentes en hacer nada. Nos viene de fuera y es lo que hay. Pero bueno, por lo visto sí se puede hacer algo para rebajar el precio del combustible, bajar el IVA de estos productos.

P.– Concierte una entrevista con el presidente del Gobierno, pero ya.

R.– Creo que lo van a hacer. Ya, ya. Está la oposición, que también está para presionar, y ahí estamos también los distintos gremios. No sabemos la cuantía, pero se va a lograr. 

P.– Ya..., pero no sabemos ni cuantía, ni cuándo. ¡Qué dependientes somos!

R.– Muy conscientes no somos. Igual es más a nivel político, por eso nos ha pillado así, sin generación de energía. Nos hemos estado mirando el ombligo, creo yo; nos hemos visto muy ecologistas y muy guays y así no podemos progresar. Eso es evidente. No podemos apostar por las energías limpias cuando no somos capaces de llegar a eso y menos sin sacrificar el bienestar. Eso es evidente. No podemos querer tener coches eléctricos a bajo precio y que la electricidad nos sea casi gratis. Eso es imposible. A esas circunstancias no podemos llegar hoy día ni dentro de 10 años. Tenemos que seguir con las energías convencionales. Es lo que hay.

P.– ¿Tiene más o menos trabajo ahora?

R.– Menos creo. Pero ha sido igual coyuntural; ha habido altibajos. En el 19 había una actividad normal, luego llegó la pandemia y aguatamos. Ahora nos hemos reactivado, pero veo que no va a perdurar en el tiempo. 

P.– A parte de profesional gasista es ciudadano de a pie, ¿qué reflexión hace de la subida de la subida de la luz y el gas?

R.– La reflexión como ciudadano es que ahora mismo vamos a tener que aguantar un tiempo con estos precios, planificarnos bastante y esperar que se solucione el conflicto bélico que hay, que es lo que ha generado esta subida de precios. Y que con el verano, cuando hay menos consumo a nivel mundial, bajen bastante los precios.

P.– ¿De qué oye ms quejas, del coste de la pieza de la caldera o de la subida del gas?

R.– Ahora mismo el ciudadano se queja más de lo que vale la energía, de la factura, que de lo que vale la pieza. Y están muy descontentos. Igual me da el doméstico en su casa, que está cabreadísimo, y más abandonado, que el profesional, el empresario, que ahí están muy desesperados. 

P.– ¿Cómo me aconseja que grite ante una factura avasalladora?

R.– Ahora mismo no tengo consejos. Hay un poco de desconcierto. 

P.– Oiga, ¿quién gana en todo esto, las petroleras, las empresas gasistas, usted quizá, el Gobierno....? Yo no.

R.– Yo tampoco. Cuando vas a vender una instalación, por ejemplo, de gas con propano, lo primero que te dicen es qué precio tiene y tiene un precio de 50 céntimos el kilo más que hace ocho meses y es algo inadmisible. Calculas el consumo de energía al año para una vivienda y te sale una barbaridad.

P.– He hecho caso a la señora Botín y la calefacción, a 17 grados. ¿Resultará?

R.– Es lo que te he dicho al principio. El consumir menos nos lleva a pagar menos, aunque sea más caro, o a pagar lo mismo. Ya no se incrementa el gasto.

P.– Menos mal que no estamos en Alaska.

tracking