Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA / ANA HIDALGO PRADO

«Con poquita cosa se puede hacer una buena comida y más en los tiempos que corren»

De la abuela Ana pasaron las recetas a la madre y de ésta a la tercera Ana. Chef ‘humilde’ de un tenedor, del plato suficiente que nada tiene que ver con una deconstrucción de alubias  o un plato al que le sobran florituras. Nadie se sienta en su restaurante (o casi), al que sin embargo bien conocen algunas cuadrillas de San Juan, peñas, equipos de deporte y muchas personas mayores.

Ana Hidalgo.-G. MONTESEGURO

Ana Hidalgo.-G. MONTESEGURO

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

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Pregunta.– Ana, además de trajinar, la sal, el aceite y demás, ¿qué piensa cuando está en la cocina?

Respuesta.-Cuando estoy en la cocina no me da tiempo a pensar. Como es todo con hora, no me da tiempo. Estoy siempre con el corre, corre, a ver si no llego.

P.– Pero algún mal pensamiento ya habrá tenido...

R.– A ver, cuando me pego un quemazo o algo…

P.– ¿A qué chef envidia usted?,

R.– Es que en realidad, no sé. A los de alta cocina, igual, porque es algo con lo que yo no me he metido ni lo voy a hacer. Sí me gusta ver cómo emplatan y todo esto.

P.– ¿Qué tiene que envidiar la alta cocina a la suya, humilde y de platos para llevar?

R.– Envidiar nada. Aquí comes como si comieras en casa, yo cocino como en casa, como en el día a día. ¿Envidiar? No sé. Aquí el trato es más cercano, yo trato directamente con la gente y lo expresan. Yo no soy de salir a comer fuera, aunque de vez en cuando te das el capricho.

P.– ¿Qué le da a la cocina para que esté al frente de una?

R.– Me gusta cocinar. Me gusta el trajín de la cocina y también la repostería, que la hago para mis amigos. 

P.– ¿Hablamos de la cesta de la compra o mejor que no?

R.– Ha subido todo una barbaridad. La reducción del Iva apenas se ha notado. Tú notas la subida, no notas nada más. Luego el gas, la electricidad sobre todo. Todo ha subido mucho.

P.– Te ayudamos está en la página de restaurantes de la Junta de Castilla y León. Oiga, ¿cómo se llega a final de mes cobrando 6 euros el menú?

R.– Vamos un poquito justos con estas subidas que ha habido. De pagar una cantidad de gas, a mí me ha subido mucho más. Todo ello se nota. Si pagaba 200 y ahora pago 400, por ponerte un ejemplo, tengo que sacar 200 más. Entonces vamos un poquito justos. Pero claro, piensa también en la parte que paga. 

P.– A veces basta ser un tenedor.

R.– Yo creo que la gente está contenta aunque seamos un tenedor. Aquí hay mucha gente mayor, le gusta su día a día y comer caliente, lo de siempre. Aquí hay mucha gente mayor que está sola. La mayoría de nuestra gente son hombres.

P.– ¿Cómo se pasa de la atención en servicios sociales, en residencias o ayuda a domicilio a estar entre fogones?

R.– La cocina me gusta como te he dicho y el trato con mayores también. Fue idea de Javier (su pareja), que es quien ahora reparte, y nos tiramos a la piscina.

P.– Algo que se le haya resistido mucho, mucho en la cocina.

R.– El solomillo. Es algo que no. Las carnes me suelen quedar tiernas, pero con el solomillo tengo una guerra. Cada vez que lo intento me cuesta mucho que me quede jugoso. No sé por qué. Es la única carne que se me resiste.

P.– ¿Qué nos falta por descubrir gastronómicamente hablando?

R.– Lo que noto en la provincia es que los sorianos son muy carnívoros. Creo que le falta conocer un poco más el mundo del pescado. Eso sí que lo noto aquí. Se lo comen pero como más a disgusto.

P.– Oiga, ¿quién heredará sus recetas?

R.– Mi hija. Muchas las escribo, otras no. Y sobre todo repostería, porque es mi pasión. Esto viene de herencia: siempre he visto a mi abuela y a mi madre cocinar y ahora mi hija me ve a mí. Es como una cadena.

P.– Trufa de oro, jornadas de trufa, la trufa más grande... ¿Sobrevaloramos la trufa?

R.– Igual sí, pero que cada uno haga lo que quiera. Yo no la he usado ni la voy a usar, no es algo me llame la atención, quizá porque no soy de Soria. Y tampoco sé valorarla, ni apreciarla.

P.– Tres ingredientes que nunca faltan en su cocina.

R.– La verdura, el pescado y el aceite de oliva. 

P.– ¿Qué hace una buena cocinera cuando se le quema el arroz? Quien dice el arroz...

R.– Tirarlo directamente. Intento estar con todo muy encima. Y el arroz procuro que no se me agarre, porque es una cosa muy delicada. Si se me llegara a agarrar, directamente lo tiraría y volvería a empezar. No se puede hacer otra cosa

P.– Oiga, Ana, ¿sabe usted cocinar con poco? Es que, bueno, con gulas, boletus o cordero, un plato sale bien a cualquiera.

R.– Yo cocino con poquita cosa, soy de cocina muy tradicional. Que tenga sabor, pero sin meter lo que no necesita, sin meterle lo que no necesita. Con poquita cosa se puede hacer una buena comida y más en los tiempos que corren. No te puedes estirar mucho. Intentas que con poca cosa la cocina esté sabrosa. Además a mi gente no le gustan las cosas especiadas.

P.– ¿Hasta qué punto el covid nos ha quitado el gusto?

R.– Creo que sí. Y creo que más a la gente joven. 

P.– Cuénteme aquel día que se quedó en blanco entre fogones.

R.– La verdad es que no me he quedado nunca en blanco. Lo llevo todo muy programado porque trabajamos con un menú semanal, siempre sé lo que tengo que cocinar cada día. 

P.– ¿Se considera más o menos cocinera que Tumbarello, por ejemplo?

R.– Como te he dicho soy de cocina casera. Nunca llegaré a esa altura. A mí nunca me pongas a emplatar porque nunca lo he hecho. No me considero menos, pero a lo mejor sí me gustaría y es una envidia sana la que tengo a esta gente que está en la alta cocina.

P.– ¿Puede explicarme por qué socialmente se da cada vez más importancia a la gastronomía?

R.– Creo que es porque gusta comer bien. Además, los negocios se tienen que vender de alguna manera. Jornadas y demás iniciativas son formas de darse publicidad y darse a conocer.

P.– Encumbramos la gastronomía como arte mayor. ¿Erramos?

R.– A mí y a cualquier nos gusta comer bien. Tienes que darle el valor que tiene. Es que además la cocina lleva mucho trabajo detrás. No es solo lo que se ve.

P.– ¿A qué político invitaría usted a cenar sin pensarlo?

R.– A mí la política, como que no. Pero sí me llama la atención la chica ésta de Madrid, Ayuso. Se la ve muy puesta.

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