ENTREVISTA / ANTONIO MOLINA ROMERA
"El esfuerzo y sacrificio de las familias numerosas es grande y su aportación a la sociedad, impagable"
Cuenta la historia que Noé y sus tres hijos y esposas se salvaron del Diluvio y repoblaron la Tierra. En otro tiempo y lugar, las familias numerosas sujetan el bajo índice de natalidad más y mejor que cualquier cheque bebé y bonificaciones varias. No están de moda y una ley les quiere cambiar el nombre. Esfuerzo, sacrificio, ayudas, «más broncas y más alegría»... De ello sabe un poco Antonio y cualquier pareja con tres o más hijos.
Pregunta. Dígame el secreto de ser padre de familia numerosa.
Respuesta. No sé si hay secreto. Se hace todo lo que hay que hacer y ya está. No hay más, aunque no es lo usual. Hay que tener espíritu de renuncia y de sacrificio, eso sí. Yo no sé hasta qué punto lo tengo, pero por lo menos se intenta salir adelante.
P. Permítame, ¿cómo llega a final de mes?
R. Sobre todo en los gastos gordos y fuertes, hipoteca y tarjeta de crédito, el dinero tiene que estar sí o sí. En lo demás, a base de compras en ofertas, ahorrar, no malgastar. Ese tipo de cosas. Mirando hasta el último céntimo. (¿Se puede, entonces?). Sí. Hasta ahora se ha podido con mucho esfuerzo y con mucho sacrificio.
P. ¿Qué pasará el día en que se rebelen las familias numerosas?
R. No sé si será importante, porque no creo que hay muchas. No sé qué pasaría si eso ocurriera. Creo que se debería proteger más la maternidad y las familias numerosas o que se han quedado solas. En general, el asunto de la infancia se podría cuidar más por parte de los poderes públicos y las ayudas.
P. Dé una idea.
R. Ayudas en el IRPF, por ejemplo. Las hay ya, pero me parece a mí que es insuficiente. Hay algunas bonificaciones, en la universidad, pero en el día a día debería haber más. Y si no se puede en el día a día, en el IRPF sí debería contar más ser familia numerosa. Más ayudas directas.
P. ¿Qué lectura hace de la contribución que suponen para mantener la población?
R. Evidentemente, si no hubiera familias numerosas no sé como se sacaría adelante el país. Estamos haciendo un esfuerzo y sacrificio de los que la sociedad se va a beneficiar muchísimo a largo plazo, además. Normalmente estos hijos se casan, tienen hijos y también muchos son familias numerosas en este caso. Creo que la contribución es muy grande; es el mayor capital que tiene un país. Su capital humano.
P. ¿Ha leído alguna vez cierta hostilidad hacia las parejas con bastante hijos?
R. No, hostilidad no, pero sí sorpresa. Donde casi siempre hay uno o como mucho dos, se sale de determinada norma. Tanto como hostilidad no, pero sí sorpresa. Lo que pasa es que del esfuerzo de la familia se beneficia toda la sociedad en su conjunto, en ese momento y por muchísimos años. Los hijos trabajan, cotizan, también generan más gastos, pero la contribución es muchísimo más grande.
P. ¿Qué hay detrás de tener muchos vástagos? ¿Generosidad, inconsciencia, querer repoblar el mundo, la procreación por la religión...?
R. No, la inconsciencia no. Simplemente querer formar una familia, que los hermanos tengan hermanos, que también es importante. Esa faceta se la van a perder muchos hijos únicos, por ejemplo. Querer tener hijos, tener un proyecto, dar un sentido también a la vida.
P. ¿Por qué sí o no habría que cuidar más a las familias numerosas?
R. Hacen una aportación a la sociedad que en estos momentos en España, en Soria, es impagable. Los niños, los jóvenes son el futuro. De eso no cabe la menor duda. La contribución, el esfuerzo, el sacrificio que ellas hacen, las renuncias, es grande. Y el gran beneficiario es la sociedad en su conjunto. Imagínate en cotizaciones a la Seguridad Social. ¿Cómo se podrá mantener el sistema? En nuestro caso tenemos ocho hijos.
P. Como soriano. Las ayudas a la repoblación en Soria y Castilla y León están muy bien. ¿Y los reconocimientos a la natalidad?
R. Es más la ayuda que haría falta en el día a día para que se fueran viendo más desgravaciones en el IBI, que las hay pero si tienes cierto nivel de renta ya no. ¿Cómo no vas a tener determinado nivel de renta si tienes cuatro o cinco hijos? Eso se echaría más en falta en el día a día. Hay una asociación que sí hace ese tipo de cosas, conseguir descuentos en tiendas..., que eso va bien.
P. ¿Se plantó con 8 o no le hubiera importado tener más hijos?
R. Mi mujer era viuda y tenía ya cinco, luego adoptamos tres. Nos dijeron que, si queríamos un grupo de hermanos, podía ser de tres en vez de dos. Y uno más no pasa nada.
P. ¿Y si la familia numerosa es de tres hijos de maternidad subrogada?
R. Eso da igual. Si el niño ya está. Se trata de proteger al niño, y que pueda vivir bien, y a las familias que los tienen. Da igual cómo haya venido. Por adopción, biológico o al final los abuelos o los tíos han tenido que hacerse cargo porque los padres no pueden. Y hay que educarlos para vivir en sociedad.
P. ¿Cuándo darán voz los políticos a las familias con mucha prole?
R. No creo. Lo que sí te digo es que deberían estar más protegidas y más tenidas en cuenta. Veo que está muy devaluada la maternidad, mucho, y muy mal valorada. Hay otras opciones en la sociedad que están mucho mejor vistas y más promocionadas. Pienso que sí se debería valorar la maternidad y el esfuerzo que hacen las familias. Con la maternidad quiero decir el ser padres. No sé de qué forma y de qué manera se podría valorar más, pero seguro que hay fórmulas para hacerlo. Que un matrimonio decida uno quedarse en casa para cuidar a los hijos, eso debería estar más cuidado, como las excedencias, la compatibilidad.
P. Oiga, ¿usted cómo ahorra?
R. A base de no gastar. Los ingresos en principio no cambian; en los gastos es donde tienes el control.
P. Vértigo. Ansiedad. Dos palabras en la mente de una joven pareja cuando ve uno en el carrito, otro de cuatro y el mayor de 7. Las hay que salen huyendo. ¿Por qué no salió Antonio?
R. Porque a mí me gustan los niños, está claro. No me dan miedo. Hay que dedicarles tiempo, esfuerzo, pero no es algo que me dé miedo.
P. ¿Hasta qué punto cree que la economía determina la valentía en decidir ser padres?
R. Sí que determina y no debería ser algo determinante. Es que se puede vivir creo que con más humildad. Eso también. Y más austeramente. No necesitamos irnos de vacaciones a los Alpes ni un crucero, no necesitamos irnos en invierno a esquiar. Si se quiere tener hijos evidentemente hay que hacer sacrificios y renuncias. Y si tú quieres mantener determinado nivel, es posible que no. O de gastos, o de viajes, o de tren de vida. Tampoco hace falta tener el oro y el moro para tener hijos. No lo creo.
P. Monoparentales, dos padres, dos madres, abuela-madre y las ‘normales’. He perdido la cuenta del tipo de familias que hay.
R. Pues sí. No sé cómo resultará. No lo sé, pero hay cosas que están sobrevenidas, los abuelos que tienen que hacerse cargo, los tíos también, las madres que son abandonadas, las enfermedades, las viudeces... Eso es complicado.
P. La Ley de Familias numerosas...
R. No sale como familias numerosas. No sé si se va a cambiar el nombre. No sé por qué, pero seguro que alguna intencionalidad habrá. No sé cual, pero seguro. Cuando desde arriba hacen algo, se hará más torpe, menos torpe, pero intención, seguro.
P. ¿Qué tienen las familias numerosas que no tenga el resto, al margen de hijos?
R. Tienen más problemas, pero también más de lo otro. Donde hay más gente hay más problemas, pero también más alegría, más satisfacciones, más nietos... Todas esas cosas. Lo uno por lo otro también. También se puede tener problemas teniendo un hijo, pero con ocho es más fácil. Se ayudan entre ellos. Hay que trabajarlo, pero sí, ellos saben que no están tan solos, aunque hay más broncas y más peleas. Pero se sabe más convivir y que hay que ceder.