Entrevista. Carlos Sánchez García-Abad
«El campo sin la caza sería un campo triste, con menos gente y menos vida»
Bastante antes de que pisara las fincas de Isabel II para hacer censos en las fincas de Su difunta Majestad, él ya llevaba dentro la perdiz roja y la pardilla. Cazador, como lo fue su padre y su abuelo, este investigador de la fauna silvestre tiene el entusiasta afán de sustentar con datos científicos la importancia de la caza en suelo patrio. Y qué decir de Soria. Hablamos con Carlos de un sector «con muchas aristas»
P. Veterinario, cazador, investigador de fauna silvestre, ¿qué sería del campo sin el control cinegético? Bueno, al pan, pan, sin la caza.
R. Sería un campo con muchos problemas. Sería difícil tener ciertas especies controladas y, por otro lado, tener especies gestionadas. El campo sería muy complicado sin la caza. Un campo muy triste, con menos gente, con menos vida, porque la caza es parte fundamental de nuestros pueblos, una parte social y cultural insustituible.
P. De Gran Bretaña a Soria. ¿Cómo fue investigar en fincas de la reina Madre, la difunta Isabel II?
R. De Gran Bretaña a Soria, pero con escala en Ciudad Real, hasta que por motivos familiares me vine a vivir a Soria. Estuve hasta 2011 en León, me dieron una beca y me fui allí a investigar, a trabajar, con la suerte de que me acompañara. Ella es la conexión soriana que yo tengo. Fueron unos años maravillosos. Fue una experiencia vital y profesional inigualable. Pude trabajar en lo que me gustaba con especies de caza y con otras que no lo son en un centro de investigación con una gente espectacular, que me trataron muy bien. Siempre me defino como un poco británico, porque sigo en contacto con ellos. Cada año iba a la finca del Rey Carlos, antes era de la reina Isabel a hacer censos de perdices; otras veces estábamos en la campiña inglesa trabajando con otra gente. Fue una experiencia vital enorme y, de hecho, estoy intentando terminar un libro para hablar un poco de ésta y otras experiencias de la vida.
P. ¿Hay diferencia entre las perdices de Su Majestad y las sorianas?
R. No mucha. Ellos tienen perdiz roja, nosotros también; ellos tienen perdiz pardilla, nosotros también, aunque menos, una pequeña población, lo que ocurre es que nuestra perdiz pardilla vive en la montaña, no en el llano. Pero no cambia mucho, las especies son las mismas, los problemas muy parecidos. Lo único que cambian son las personas y las formas de trabajar con las especies y conservarlas.
P. O sea, ¿me esta diciendo que los ingleses cuidan más a la perdiz pardilla que los sorianos?
R. En este caso sí. Aquí sí me mojo. Allí es una especie cinegética, la llevan cuidando desde hace siglos. Y aquí es una especie que se prohibió su caza en 1998 y desde entonces se ha hecho muy poquito, salvo algún trabajo. Es una especie que está un poquito abandonada.
P. Para entendernos, ¿para qué sirve el censo de la perdiz, la codorniz, o el de la avutarda...?
R. Sirven para saber dónde estás estas aves, en qué cantidad, sus problemas y, en el caso de especies cinegéticas, como la perdiz o la codorniz, sirve para saber si se puede cazar de forma sostenible. El censo es uno de los primeros pasos para poder gestionar estas especies.
P. Al director de investigación de Artemisan. La caza es la licencia, tener a punto el tiro y los recursos que deja el coto al pueblo. ¿Y?
R. La caza es muchísimo más que tener a punto el tiro y la licencia. Eso es una parte. La caza es una actividad anclada en nuestra sociedad, que tiene una importancia cultural y medioambiental muy grande. Al final el disparo es lo menos importante. Los cazadores están los 365 días del año trabajando por estas especies, los investigadores investigamos para saber cuál es la situación... La caza es una actividad muy amplia y que, por desgracia, mucha gente desconoce y tiene una serie de prejuicios que nada tienen que ver con la realidad.
Con la situación que estamos teniendo de sequía en España, y en Soria, hay cientos de miles de cazadores que ponen agua en el campo, que lo hacen desde hace mucho tiempo, y sin esa agua en el campo muchas especies sucumbirían. La caza es una actividad transversal y que tiene muchas aristas.
P. Hablemos de dinero y recursos económicos para los pueblos.
R. Hicimos un estudio en 2017 del dinero que genera la caza en España y nos salió una cifra nada desdeñable de más de 6.000 millones de euros en Producto Interior Bruto. Es una actividad que sobre todo para zonas despobladas importantísima. Evidentemente no es la única. En Soria tenemos aprovechamientos forestales importantísimos, agricultura, ganadería, turismo, pero la caza en estas zonas es un elemento más, algo que hay que aprovechar y que sería muy difícil de sustituir. Cuando hay que hacer controles poblacionales, con cazadores profesionales o con empresas que sustituyen a los cazadores, eso cuesta mucho al contribuyente. Por lo tanto es un elemento económico de primer nivel en el mundo rural.
P. ¿Desde cuando y por qué la investigación en torno a la cinegética?
R. La investigación en especies cinegéticas comienza hace tiempo, aunque en el caso de España no se ha empezado a hacer investigación como la entendemos hasta los años 80 del siglo pasado. Viene por la necesidad que tenemos de que todas las decisiones (da igual que sea sobre la cordoniz, ciervos, jabalíes, sobre cualquier especie) tengan una base científica. Aquí no valen las impresiones, las percepciones, conversaciones entre cazadores... Aquí lo que valen son los datos contrastados, la ciencia, y eso es lo que nos permite tomar decisiones y seguir avanzando en una gestión y una caza sostenible.
P. ¿Decisiones en base a la ciencia en la caza o más bien en base a planteamientos ideológicos o políticos?
R. Es uno de los problemas que llevamos sufriendo desde hace unos años, sobre todo desde la irrupción del animalismo más radical. Hay personas y organizaciones que lo que quieren es directamente prohibir la caza. No ven el papel que tiene, ni lo que significa para muchas personas y, en efecto, se toman decisiones ideológicas movidas más por el corazón que por la cabeza. Eso al final acaba siendo muy contraproducente.
P. ¿Qué es más beneficioso para para el campo soriano, la humilde codorniz o el jabalí?
R. Es una pregunta muy complicada. Te diría que son las dos especies a día de hoy que mantienen al cazador soriano, las más importantes. El jabalí está presente en casi todos los cotos, en las monterías y los ganchos, junto con los corzos, y casi todos los cazadores sorianos tienen la posibilidades de cazar un jabalí en la temporada. Y la codorniz es la especie estrella dentro de la caza menor. Yo diría que las dos están al mismo nivel.
P. No sé yo qué dirían los hombres del campo...
R. Los hombres del campo no estarían muy contentos, sobre todo con el jabalí, porque es una especie que les produce problemas, daños agrícola y accidentes de tráfico. Recientemente en Lugo han muerto dos personas por un accidente causado por un jabalí y en Soria los tenemos un día sí y otro también. Está también ese problema de transmisión de enfermedades al ganado, como la tuberculosis. Pero hay muchos agricultores cazadores, así que alguno te encontrarás que sí hable bien o se sienta interesado.
P. Pasamos de agrarios a forestales y de referentes en caza menor a mayor. ¿Por qué y qué es mejor para Soria?
R. Somos referentes en caza mayor porque el tipo de paisaje, tanto en Soria como en otras partes de España, ha evolucionado a que haya más superficie de monte y eso beneficia a la mayoría de especies de caza mayor. Te diría que lo mejor sería tener una combinación de caza mayor y menor, porque eso nos diría que tenemos un paisaje diverso en el que caben todas las especies. Pero la realidad es que la caza mayor sigue creciendo, todas las especies van a más, mientras que la caza menor, en líneas generales, va a menos. Y todo viene por el cambio en el tipo de hábitat.
P. ¿Y Carlos qué animal lleva dentro?
R. Yo dentro llevo la perdiz roja y la perdiz pardilla. Son las especies que más he trabajado y las que llevo más cerca de mi corazón. Pero bueno, soy un hombre de muchas especies, no solo de perdiz, aunque ésa sea la que llevo más cerca de mi corazón.
P. Hablando de censos, ¿se imagina que la población, humana, de Soria creciera como la de los jabalíes?
R. Fíjate, en los últimos 40 años, estamos hablando de que la población de jabalí se podría haber multiplicado por 10. Y seguimos una tendencia de crecimiento, aunque parece que se sostiene, ya no es un crecimiento exponencial. Si en Soria creciera la población al ritmo que el jabalí, en unos años estábamos en medio millón de sorianos.
P. ¿Con cuántas perdices es capaz de soñar a la vez?
R. Más que soñar con perdices, sueño con pasar un buena rato en el campo con la gente que quiero, tener experiencias y no mucho más.
P. Investiga, divulga, conferencia, es cazador..., ¿qué es lo que más le motiva?
R. Como investigador me gusta encontrar el por qué de las cosas y solucionar problemas, pero también reconozco que me enriquece mucho el contacto con los cazadores y con la gente del campo. Gente que en muchas ocasiones no se les cuida lo suficiente y ves que están deseosos de contarte sus experiencias, de colaborar con nuestros estudios y participar en proyectos como Coturnix, que llevamos adelante con Mutuasport. La parte humana de nuestro trabajo es dura también, pero maravillosa.
P. Es veterinario de profesión. ¿Por qué se inclinó hacia el estudio de la fauna silvestre?
R. Soy hijo de cazador y de varias generaciones y descubrí el campo y la naturaleza a través de la caza. Y a través de la caza descubrí el mundo de la veterinaria. En el origen de todo lo que hago está la caza.
P. ¿En qué batida resume la actividad de la caza?
R. La batida que más me gusta es la de mantener nuestro campo rico en fauna silvestre y en caza. Es el lema de la fundación. Una batida en la que podamos mantener esa riqueza en caza y en progreso para el mundo rural.
P. ¿Qué se atreve a no decir de la caza?
R. No diría que es una actividad que va a desaparecer, ni que es una actividad que no tiene nada que decir en el siglo XXI, o que es practicada por gente que no conoce el campo ni tiene ningún tipo de sensibilidad. Eso nunca lo diría.
P. Artemis en griego y Diana en romano. ¿Cómo verían la cosa si 'levantaran' la cabeza?
R. Creo ambas dos estarían muy orgullosas porque los cazadores, los gestores, los propietarios de cotos no han bajado la cabeza, ni se han amilanado. Trabajan duro para poder seguir cazando, colaboran con la Administración y ponen en valor el sector. Estarían orgullosas creo.