Entrevista. Felician Farcas
«La precisión en el billar se consigue a base de amor, algo que todo el mundo puede dar»
He aquí a un ciudadano del mundo, de Transilvania, en Rumanía, enamorado de Soria hasta el punto de no verse viviendo en otro lugar. Decimos del mundo porque habla el idioma universal de una bola de billar, merced a un reseteo obligado. Hablamos con Felician (jugador, profesor, árbitro) de tacos y carambolas, también del Casino Amistad Numancia, que necesita para ser feliz y donde se encuentra a sí mismo.
Pregunta. ¿Cuándo dejó de ser rumano para bautizarse como soriano?
R. Fue en 2011 cuando me hice socio del Casino. Entonces ya se llenó todo lo que me faltaba en el corazón. El Casino me ha dado todo lo que necesito para sentirme lleno y feliz. (¿Qué le lleva a decir esto a alguien que es de tan lejos, de Rumanía?). Soy jugador de billar desde pequeño, crecí con el billar americano, de agujero, y aquí se me ha ampliado la imagen de ver el billar; hay billar español, sin agujero, que se llama de tres bandas. Y he encontrado una gente espectacular, como Carlos Cortes, Javier del Santo, Iñaky Pardo, gente que ama el billar como yo y hemos hecho una sociedad centrada en el Casino, con Adolfo, con Lucía, que nos echa una mano. He entrenado a muchísima gente a jugar, desde niños de 7 años a mayores de 89.
P. ¿Qué le da el billar como actividad?
R. Lo primero de todo es conocer gente. Es un puente muy bonito para conocer gente y además es que el billar a mí me encanta. A los 10 años ya jugaba y ahora con 47 sigo jugando y disfrutando al máximo, más que antes. Estoy jugando liga nacional, individual, en Castilla y León.
P. ¿Qué fue primero en el Casino Amistad, el billarista o el barman?
R. El billarista. Lo de camarero vino después. Pasamos un bache grande en Soria -bueno, y en general en todo el mundo, creo- y me dijeron que aquí podía encontrar trabajo. Siempre había sido el billar primero. Yo iba al gimnasio, tenía un trabajo en Insoca y luego conocí a Carlos Cortes. Ahí empezó esa aventura, en 2010 creo. Vi la sala de billar, la gente cómo te acoge... Dejé de ir al gimnasio y al billar ahora voy todos los días.
P. ¿En qué no ha trabajado en Soria?
R. Me gusta mucho la maquinaria. Ahora mismo estoy con una pala cargadora de 22 toneladas, en Losán. Y ahí estamos. He tenido bastantes trabajos, sí.
P. ¿A qué se parece la precisión de una jugada en el billar?
R. Intervienen dos cosas: ser ambicioso contigo mismo. La toma de bola es entrenamiento puro y cuando entra un poco de talento es cuando se destaca. Si se juntan esas dos cosas, destacas. Si el talento es un poquito menos, a base de entrenar mucho, se va un poquito más lento. (Hay que tener magia, entiendo). Sí, o necesitas un poco de talento para hacerte una imagen de todo. En billar español, de tres bandas, yo no tenía absolutamente ni idea. Pensé que el americano ayudaría en algo, pero son totalmente diferentes y tuve que resetear todo y empezar de cero.
P. ¿Cómo fue el reseteo de su vida tras su llegada a la provincia?
R. Sí. Empecé dos vidas prácticamente al mismo tiempo. La del billar a tres bandas, que no sabía de su belleza, y al mismo tiempo fui papá. En 2011 nació mi hijo y fue guay. En diciembre de 2006 llegué a Soria, con una nevada espectacular. Me acordaba de mi tierra. Al principio no tenía decidido quedarme, fue sobre la marcha. Y ahora es difícil que me quede sin Soria. No me veo viviendo en otro lugar. (¿Ni siquiera en su país?). No, no, no. Eso está olvidado. Tengo fuera también otro hermano. En Rumanía solo tengo a mi madre, que viene a vernos, pero no quiere quedarse. Aquí he comprado un piso y estoy bien.
P. Hablaba antes de la precisión. ¿Dónde la encuentra?
R. En el momento en que te acomodas a la mesa, encuentras la precisión en el amor que traes contigo para estar ahí. Es importante el ambiente, mucho, mucho. Sentirse relajado y querido. Esos momentos te dan la precisión; con la relajación de cuerpo da tiempo a que tú conozcas tu manera de ponerte a la mesa, que pongas el taco bien, que no se mueva... Cada uno tiene un movimiento de cuerpo, pero la precisión es ir con cariño y relajado y estar alrededor de gente sana.
P. ¿Qué le engancha y por qué?
R. No me había dado cuenta de que en Soria hay tanta afición. No te imaginas a la gente que le gusta jugar al billar. Impresionante. Me encantan las clases de billar, que la gente venga y aprenda este deporte. Lo que más me engancha ahora es la Escuela de Billar de Numancia, la afición que tengo al billar y todo lo que hay alrededor. Los billaristas estamos muy bien acogidos, tanto por parte de los periodistas como de la sociedad.
P. Si no supiera jugar, ¿cuál sería su mayor duda ante este juego?
R. Lo primero el mecanismo de los jugadores de billar. Me gustaría coger el taco como ellos y, sobre todo, hacerme una idea de lo que hay. Me has preguntado antes cómo se conseguía esta precisión. A base de amor y de insistir y trabajar mucho. El billar para mí es muy sencillo. Se necesita un ingrediente que todo el mundo puede dar, el amor. Para mí es la clave, amor a ese deporte. Y tarde o temprano todo viene. Conozco gente que ha entrado al Casino a tomarse un carajillo y han estado jugando al billar 20 años. Te lo prometo.
P. ¿Qué se preguntó cuando vino por primera vez a España?
R. Con muchísimo miedo. Venía por un par de años y luego irme con algo de dinero para comprarme un coche. Mi padre murió muy joven y mi madre quedó sola en casa. Mi novia estaba también en Rumanía. Pero ella aguantó poco y vino a por mí a los 30 días. Ahí empezó la aventura.
P. ¿Cuántas variables le sobran?
R. Yo diría que me faltan, porque tengo que tener algo más de paciencia antes de tirar. Barajar todas las opciones sencillas antes de coger lo complicado. Después siempre está la típica frase después de tirar… ‘Debería haber hecho esto’.
P. ¿Qué hace cuando tiene un mal día?
R. No ver el billar por lo menos 16 horas. Si tengo un mal día cuando llego al ascensor prácticamente se me olvida todo. Una cosa que te puede ayudar es que, si has tenido un mal día, olvidarte. Puede ser un día, una semana. Y se llama un bache. Todos los jugadores lo tienen, incluso los mejores del mundo.
P. ¿Qué tiene Soria que echaría de menos fuera de ella?
R. Ahora mismo con mi edad, todo. Si fuera más joven me gustaría salir viernes y sábado fuera de Soria, pero el lunes me tienes que traer de vuelta a Soria. (Ríe). No solo es la tranquilidad. Es que tú quieres hacer una cosa y ese mismo día o al siguiente lo haces. En sanidad, o de papeleo o del Inem o lo que sea. Aquí todo está cerca. Coges el coche porque te gusta, pero si te espabilas un poco vas a todos los sitios andando
P. ¿Mejor arbitrar o enseñar?
R. Enseñar. Me encanta transmitir a la gente todo lo que conozco del billar y ver que las cosas les salen. Me gusta cuando la gente entiende lo que transmito y ver al alumno que, por sí mismo, hace las cosas.
P. ¿Qué idioma habla una bola de billar?
R. No tiene idioma. Es para todo el mundo que la quiera entender. Es un idioma universal. Alrededor de una bola de billar hay magia.
P. ¿Habla más soriano o rumano en su día a día?
R. Prácticamente español el 98%. De hecho, mis amigos me dicen que mi hijo no va a aprender rumano. Es porque empiezo hablando rumano y acabo hablando en español. Es que en mi trabajo aquí no he trabajado prácticamente con nadie de mi país, en Insoca, en Seur y en Losan.
P. ¿Por qué sí o no subirá tarde o temprano el caché del billar?
R. Ya ha subido. A nivel nacional, España es una de las mejores del mundo con diferencia. En los últimos dos años el mejor del mundo ha sido un español, Francisco Sánchez, malagueño; el mejor del mundo durante cinco años ha sido Daniel Sánchez, un catalán. España es un poco una madre en sacar jugadores de billar. Y hoy en día, en Corea, más de la mitad de las ligas son españoles. Esto se ha extendido hasta Corea. Ahora ha aparecido el Pool Tour España, que es una competición que se hace en todos los hoteles de las ciudades grandes. Este fin de semana es en el Boston de Zaragoza, donde se encuentran más de 300 jugadores en una sala magistral.
P. ¿Billaristas en equipo, banda o siempre mejor uno solo e ir por libre?
R. Tenemos de todos. Hay individual, por equipos, hasta en pareja. Nuestro equipo, el CA Numancia, tiene todos los aspectos para competir. Pero depende del formato, o sea, el billar de carambola por ejemplo es por equipo, porque nos enfrentamos como Soria. Por el pool hay más individual.
P. ¿Por qué tiene tan mala prensa la negra?
R. Porque la última se mete la negra, tú puedes meter todas las que quieras, pero hasta que no metas la 8 no ha ganado nadie. Quien mete el 8, gana. Metes todas y cuando ves la negra delante te entra como la adrenalina, la duda, la taquicardia y la tensión arterial y una bola fácil la puedes fallar.
P. ¿Qué tiene Felician de su nombre?
R. En el mes de diciembre todo el mundo se desea felicidad. No sé... A mí me encanta mi nombre. Es bastante parecido con Feliciano, aquí.
P. ¿Qué escribiría con tiza para no olvidar?
R. Hay que intentar ser mejor cada día. Intentarlo al menos.
P. Cuénteme lo que es una carambola.
R. Un hecho que parece muy simple, pero detrás hay muchísimo trabajo.
P. Una carambola es también un arbusto tropical que da unos bonitos frutos en forma de estrella.
R. Dímelo otra vez. (Lo hacemos). Qué bueno, me lo quedaré. Me encanta.