Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. Eutiquio Cabrerizo Cabrerizo

«Llevamos cargada la mochila más de lo que pensamos de cosas de nuestros antepasados»

Allá por 1924, hubo un conde por tierraelburgo que tenía ‘sometidos’ a los lugareños hasta que estos le compraron las tierras. En este 2024, un descendiente de aquellos sorianos les rinde tributo, seguro de que él no sería él sin aquella compra. Tampoco si a los 8 años no hubiese dejado su pueblo, Fuentearmegil, una intermitencia en su vida. Charlamos con Eutiquio de su ceguera, sus libros y del coto redondo, claro.

Eutiquio Cabrerizo Cabrerizo.

Eutiquio Cabrerizo Cabrerizo.HDS

Publicado por
Soria

Creado:

Actualizado:

P. Sin sentimentalismos. ¿Qué le dicen las palabras coto redondo? 

R. Es un término que creo que fuera de nuestro entorno se comprende un poco menos. Ahora la expresión igual tendría connotaciones de caza, pero si lo vemos históricamente, y lamentándolo, es verdad que se utilizó por parte de los antiguos dominadores del coto con esa finalidad, hasta el punto de que se dejaban los terrenos sin cultivar porque lo necesitaban para la caza. Por eso podía entenderse como coto. El hecho de que sea redondo es más bien geográfico, porque el conjunto de los cuatro pueblos tiene cierta redondez, que corresponde el municipio que con el nombre de Fuentearmegil abarca también Fuencaliente, Santervás y Zayuelas. (La pregunta era qué le decían a usted esas dos palabras). Creo que el apego al lugar de nacimiento lo tenemos todos, igual que hayamos nacido en Nueva York o en el sitio más pequeño. Todos mantenemos a lo largo de la vida un sentimiento de empatía o apego espacial al lugar de nacimiento. Mi lugar de nacimiento no es tanto el coto redondo como Fuentearmegil, que fue donde nací. Es algo íntimo y personal que cada uno vive con respecto a su lugar de nacimiento.

P. ¿Y a quién le interesa hoy un trozo de tierra en un pueblo de Soria?

R. Creo que un trozo de tierra en condiciones naturales le puede interesar a mucha gente, todos los amantes de los paisajes, de los entornos y espacios naturales. Si no nos los dejamos degradar, corromper entre unos y otros, creo que Soria tiene un valor paisajístico y natural al que se le podría sacar mucho partido turístico y cultural y que no se saca.

P. Dígame de forma resumida por qué Fuencaliente, Santervás, Fuentearmegil y Zayuelas son lo que son por aquel coto redondo impulsado en 1924.

R. Imagínate lo que serían si siguiesen estando bajo el poder de un aristócrata, que no iba por allí nada salvo para cazar y un par de días al año. Imagínate que en lugar de haberlo comprado ese año no lo hubieran hecho y el señor hubiera seguido cobrándoles a los vecinos y que hoy en día todavía estuviesen pagando el alquiler los vecinos. ¿Hubieran vivido al menos en las mismas condiciones que han podido vivir al menos en la segunda mitad del siglo XX? Creo que en absoluto. ¿Hubieran podido acceder a progresar y tener otro tipo de vida diferente? En absoluto.

P. ¿Qué harían hoy Santiago y Juan, sus abuelos, que pudiera pasar a la historia?

R. Es muy difícil saberlo. Lo que sí es fácil saber es qué pudieron hacer sus hijos. Mi abuelo Juan tuvo dos hijos, uno de ellos mi madre; y mi abuelo Santiago, cuatro, uno de ellos mi padre. Es posible saber qué pudieron hacer los hijos y también los nietos de los compradores, que fueron cosas muy diferentes. Los hijos siguieron esforzándose mucho, realizando mucho trabajo para conseguir pocos resultados, los suficientes para ir tirando. Pero es que antes de comprar el coto les resultaba incluso difícil ir tirando, pasaban hambre, tenían estrecheces... y una vez comprado ya no las tuvieron porque tuvieron acceso a todo el monte para cultivarlo. Y los nietos tuvieron la oportunidad de estudiar.

P. Está bien esa visión idílica de aquel coto redondo y sus beneficios, pero de qué sirve un coto en el siglo XXI.

R. El coto redondo hoy está subdividido en cada uno de los pueblos y en cada parte de los pueblos lo que hicieron los vecinos fue repartirse parcelas. De manera que el coto no es que sea una unidad. Ahora son cuatro pueblos en los que hay divisiones por hectáreas heredadas. El coto redondo no existe más que como expresión porque administrativamente no existe. Son un municipio con tres barrios.

P. Aunque desde tierras cántabras, dígame como cree que debe armarse un pueblo de Soria para seguir siéndolo.

R. Creo que el futuro de Soria debería evolucionar hacia la agricultura ecológica y tendría un potencial increíble. Lejos de la agricultura industrial que hay por parte de algunos propietarios ahora o lejos de la ganadería intensiva industrial que también va a ponerle la puntilla a lo que quedaba de nuestros pueblos.

P. Para quien no lo sepa, usted no ve. A sus 70 y nada, ¿qué siente que se ha perdido, verdaderamente importante?

R. La pregunta es qué creo que me he perdido por no ver ¿no?. (Sí). ¿O por no ser multimillonario? Porque son dos cosas diferentes. Yo me he perdido cosas importantes por no ser multimillonario... Lo que quiero decir es que todos perdemos cosas, pero que al mismo tiempo no las perdemos todas. Hay otras cosas de las que podemos disfrutar o nos pueden ayudar a ser felices, manejando las posibilidades que están a nuestro alcance. Un dicho hindú de Tagore dice que de nada sirve llorar por no ver el sol porque eso, las lágrimas, te impedirá ver las estrellas. Aquí ocurre lo mismo, puedes pasarte la vida lamentándote de lo que no tienes o puedes pasarte la vida disfrutando de lo que te queda.

P. Es otra visión, acompañada de un humor especial.

R. También, también. Yo he heredado muchas cosas... Viví poco en el pueblo, hasta los 7 u 8 años en que tuve que irme como consecuencia de haber perdido la vista y más bien he ido en vacaciones y temporadas cortas. Pero creo que genéticamente he heredado mucho de la gente de allí, de Fuentearmegil, la forma de ser, la forma de entender la vida, de relacionarme con la gente. De los padres, he heredado actividades manuales que no son muy comunes. Llevamos la mochila mucho más cargada de lo que creemos de las cosas que tenían nuestros antepasados, cuando pensamos que todo se debe a nuestro esfuerzo. Todo no; mucho sí, pero todo no. Si no lo hubiéramos recibido no lo tendríamos y no podríamos manejarlo, potenciarlo.

P. ¿Qué gafas se pone para escuchar mejor?

R. Todas las gafas. Creo que se puede pasar por la vida pasando. O tratando de percibir, de absorber. Y las gafas que llevo son esas, las de tratar de aprovechar lo que tienes a tu alcance y también de que los demás puedan tratar de aprovechar lo que tú tengas. Es un toma y daca en el que nadie puede absorberlo todo. Las relaciones sociales son interactuación.

P. ¿Qué percibe que no le guste?

R. Creo que estaríamos ciegos si creyéramos que todo está bien. Pero lo estaríamos igualmente si pensáramos que todo está mal.

P. Dígame cómo es la oscuridad, por favor.

R. Mira, teniendo en cuenta como hemos dicho que soy ciego, te voy a dar una respuesta que no te ha podido dar nadie nunca. Y es que la oscuridad no existe. (¡Ah!). La oscuridad no existe y además te lo voy a demostrar: para que la oscuridad exista se tiene que percibir la oscuridad, que es la negación de la luz. ¿Pero qué ocurre cuando es la luz la que no se percibe? Automáticamente la oscuridad tampoco. Es algo totalmente realista y te lo dice una de esas personas que te lo puede decir, que lo vive. El problema es que todas las personas que ven creen que los ciegos viven en la oscuridad y no es así, no vivimos en la oscuridad. Vivimos en la falta de luz, que no es lo mismo.

P. Hablemos de realismo, pero de otra forma. ¿Por qué escribe?

R. Hasta ahora he publicado nueve libros. Estoy terminando de escribir mi sexta novela y creo que la acabaré en un par de meses y se publicará en 2025. Y ya estoy diseñando la estructura de mi siguiente novela, que se va a desarrollar en Fuentearmegil, sobre los usos y costumbres y el bagaje cultural del coto redondo de Fuentearmegil. (Okey, pero quería saber por qué escribe). Escribo porque tengo que explicarme el mundo, como todas las personas. Todas las personas tienen que explicarse el mundo y dónde están, consciente o inconscientemente. Escribir una novela es como crear un mundo. Cuando leí que alguien había hecho el mundo en seis días, pensé 'hombre, yo en seis no, pero en un año soy capaz de hacer un mundo con personajes y cosas que ocurran'.

P. Los pueblos de Soria y de Cantabria, donde reside, van a distinta velocidad. ¿Cómo es eso?

R. La España interior va a velocidad distinta de la España costera. No es lo mismo vivir en un pueblo de 300 habitantes de Castilla y León que hacerlo en los pueblos costeros, que ninguno tiene esa población.

P. Crear un mundo con el recuerdo de un pueblo. Es lo que hace. ¿Le sirve para algo, además de para explicárselo?

R. Para explicarme el mundo y también para explicarme a mí en el mundo. Uno también necesita explicarse a uno mismo para fortalecer la propia personalidad y tener unos vectores para recorrer un camino. Lo contrario sería estar un poco desnortado y yo desnortado no he estado nunca.

P. Qué suerte la suya.

R. Yo he sabido siempre lo que tenía que hacer y, es más, he sido capaz de hacerlo. Tengo mucha fuerza de voluntad. Me planifico mucho, escribo dos horas al día, leo otras dos horas... (¿Y cómo lo hace?). Mi ordenador tiene un programa que habla, una síntesis de voz y un aparato que todo el contenido de la pantalla sale también en braille. De forma que tengo el ordenador delante y continuamente estoy escuchando lo que sale y leyéndolo en braille con las manos. Con los libros, lo mismo. Hay más de 80.000 escritos en España braille y también leo mucho en audio. Y con el móvil también, síntesis de voz y salida braille.

P. ¿Cuál es la pregunta que más se hace o se ha ha hecho en la vida?

R. (Silencio. La única pregunta que piensa). La voy a dejar sin contestar... (No me lo creo). En mi caso es muy fácil. ¿Cómo hubiera vivido yo si no hubiera sido ciego?

tracking