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Entrevista. María Ángela Aylagas Sanz

«¿Quién quiere ir a trabajar al campo si es mucho más cómodo hacer ocho horas?»

Dice Ángela que la tierra «no es lo que tú quieres, sino lo que te deja». Y ella, que al principio no la quería, es hoy en el campo «más feliz que un ababol». Esta soriana de Fuentecantales, agricultora por amor y vicepresidenta de las mujeres rurales (AMFAR), ve complicado que su nieto sea agricultor, pero por pesimista que ahora sea -mucho- igual va un día la tierra y la sorprende de nuevo.

Ángela Aylagas.MONTESEGUROFOTO

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Soria

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P. ¿Qué cultivo ama más y por qué?

R. Cultivo cereal de secano, trigo, cebada y girasol, en ese rango, aunque dependiendo del año. ¿Cuál me gusta más? Me da igual. Es que la tierra no es lo que tú quieres, es lo que te deja. El año pasado el tiempo fue malísimo y pusimos mucho girasol porque no nos dejó hacer otra cosa. No tengo preferencia por ninguna, pero quizá el trigo.

P. ¿Por qué habla en plural?

R. Porque la explotación la llevamos entre mi marido y yo. Por eso.

P. Pregunta machista. ¿Mandan lo mismo?

R. A ver. Mandar no. Somos un equipo-matrimonio o un matrimonio-equipo. Él sabe más de lo suyo, del cereal, y yo voy un poco sobre lo que él dice. No era agricultora, pero me casé con un agricultor y me dice agricultora. Así fue.

P. ¿La pluralidad es sana o divide? Hablo de las protestas agrarias.

R. Es sano que haya diversidad, pero en este caso todos pedimos lo mismo, con lo cual si vamos cada uno por un lado, nos divide. No unimos fuerzas para conseguir lo que queremos, porque al fin y al cabo todos pedimos lo mismo.

P. Cuatro horas en un curso un jueves por la tarde. ¿Qué ha aprendido?

R. Pertenezco a la asociación de mujeres rurales AMFAR y ahora hemos renovado la junta directiva, en la que soy vicepresidenta. Tenemos que hacer diferentes cursos en municipios. Ayer (por el jueves 25) estuvimos con uno de nuevas tecnologías que nos traen locas a muchas mujeres. Fue un día bastante completo. Utilizamos el móvil para muchas cosas y estuvimos viendo otras en el ordenador. En la asociación hay mujeres hasta los 85 años, y gente joven, pero claro, si tienes menos de 50 te dedicas más al trabajo y menos a la asociación, como me ocurría a mí hasta ahora. Ahora ya puedo dedicarme más a AMFAR y colaborar. La semana que viene tenemos un curso en Castillejo de Robledo sobre el emprendimiento en el sector vitivinícola, tratamiento de viñas... Hacemos dos o tres al año

P. Lo más bello de su profesión.

R. Estar en el campo al aire libre es fundamental para mí. Me dedico todas las horas que haga falta, no dependo de nadie, hago más un día o menos otro. Sé lo que tengo que hacer y lo hago. Libertad a la hora de trabajar.

P. Y lo que menos le gusta.

R. No hay nada que no me guste. Son trabajos que debes realizar cuando puedes. A lo mejor te pilla en fiestas, llega un San Juan y estás cultivando; cultivar un Viernes de Toros porque hay que hacerlo... Quizá eso, que sea un festivo y tengas que hacer alguna tarea. ¿Lo más duro? Es que como lo llevo tan bien, no te puedo decir nada en contra. No hay nada que no me guste.

P. ¿Cómo será el agricultor del mañana?

R. Muy complicado está como siga todo a este ritmo. Precios de coste elevadísimos para trabajar; precios de venta bajísimos; condiciones... Si la gente mayor está diciendo que no puede vivir ahora con estas condiciones ahora, imagínate como siga esta evolución en años. Es complicado porque los costes son elevadísimos. En estos momentos un joven que se quiera establecer en la agricultura o se lo deja su padre todo o no puede meterse él solo. Nosotros empezamos de cero, aunque mi marido ya sabía de qué iba esto. Compramos maquinaria, fincas... ahora lo tienen muy muy difícil. ¿Cómo puede acabar esto? A lo mejor con grandes empresas que cojan tierra y obreros y ya está. Un particular con menos de 200 o 300 hectáreas no puede funcionar, no puede vivir. Ya no a lo grande, sino vivir día a día.

P.Lo pinta un poco mal.

R. La agricultura ha sido siempre fundamental. Todos tenemos que comer, pero los precios ahora no nos rentan y es complicado. Yo soy agricultora por amor, mi marido era agricultor y yo después de equis trabajos fui agricultora. Mi marido lo lleva arraigado y dice que los agricultores no podemos dejar de sembrar. Pero ahora cree que si fuera joven se lo pensaba. Tienes mucha maquinaria, con muchas inversiones, pero...

P. Si no les saliera a cuenta, no trabajarían en ello. (Bueno, o tal vez sí).

R. Yo soy de complementario. Tengo una explotación agraria y una porcina. Llevamos 40 años dedicándonos a lo mismo y antes los precios eran mucho menos elevados. No podemos tener en cuenta las horas que estamos en el campo, si pusiéramos precio a la hora, no nos sale ni a 50 céntimos.

P. ¿Agricultora por amor, dice?

R. Yo ahora en la tierra soy más feliz que el ababol y la amapola. No pensé en dedicarme a la agricultura, pero las circunstancias... Antes me has preguntado qué es lo que no me gusta. A mí al principio no me gustaba que se metieran tantas horas, salía por la mañana y hasta las tantas de la noche. No me gustaba, pero bueno. Yo ahora lo hago también, pero antes que no lo llevaba bien.

P. ¿Para qué una asociación de mujeres que no sale a la calle a manifestarse?

R. Sí hemos salido a manifestarnos, pero con todos los agricultores de nuestro sindicato, para intentar que nos hagan caso y nos concedan algunas de las cosas que hemos pedido. Como mujeres solas no nos hemos manifestado nunca -hay mucha gente mayor-, pero sí conjuntamente con agricultores, hombres y mujeres.

P. A sus años, ¿qué descubre aún en su profesión?

R. Lo tengo tan arraigado que no me doy cuenta de cosas nuevas. No sé. 

P. Creo que usted reza a San Juan (por su gusto a las fiestas de Soria) más que a San Isidro. O al menos tanto.

R. Me gusta mucho. Hay que rezar a todos los santos, dependiendo del pueblo en que estemos. Pero no, no. Siempre a San Isidro y en la ermita del Mirón, cuando hacen la fiesta.

P. ¿Por qué es utópico pensar que la agricultura salvará al medio rural?

R. ¿Por qué lo tiene que salvar? El medio rural se tiene que autorrenovar por sí mismo. Tiene que ser gente de quiera dedicarse a la agricultura, es posible, pero muy poca gente se queda en este sector. Se necesita gente que se quede, pero no necesariamente en la agricultura. Puede aportar otras cosas. Hay más con que contribuir. La gente vive en las capitales o centros de comarca más grandes y va y viene al pueblo a trabajar. Si nos quitan el cartero o el panadero, que van una semana, y otras cosas... ¿qué hacemos? Hay personas que quieren estar a gusto en el pueblo y las hay. No solo la agricultura va a salvar al mundo rural, hay mucha tierra parada y huertos. ¿Quién quiere irse hoy a trabajar al campo, si es mucho más cómodo ocho horas? Estar de 9 a 12 en el campo, como veía yo a mi marido los primeros años ¿quién quiere?

P. ¿Qué ha de conservar el campo?

R. Es lo que te decía. Yo estoy más feliz que un ababol, pero es necesario que la gente quiera lo que se hace en el campo. La agricultura sí puede salvarle, pero con otras cosas. Yo tengo tres hijos y un nieto precioso y el esfuerzo era mayor antiguamente. Me decías antes que si perdíamos tanto por qué seguíamos. ¿Cómo vamos a cambiar si estamos a punto de jubilarnos? Hay muchas personas ahora que quieren lo fácil. Y lo más fácil es no hacer nada. Si vas al pueblo, tienes que arreglar el huerto y siempre hay cosas que hacer. Ahora no existen esos valores.

P. ¿Qué campo quiere mañana para su nieto?

R. El que yo tengo. Un jardín que le estoy preparando y que pueda disfrutar de las plantas y de los animales. Que el campo sea el que tenemos. (Y que pueda y quiera trabajar en él, claro). Tengo tres hijas y ninguna quiere. El que va al campo lo disfruta. Los agricultores mantenemos el campo para el disfrute de todos, aunque ahora no nos dejan hacer nada,... Mi padre vendía leña para sacar la familia adelante. Hay que arraigar las tradiciones para que no se pierda, pero no sé cómo va a evolucionar esto.