Entrevista. Mariano García Jiménez
«Para un soriano es un lujo vivir en Sevilla, pero también lo es haber nacido en Soria»
Media un color igual de especial pero distinto, media un ‘fresco’ que Mariano se llevaría al sur cada vez que sube al norte. Y media, sin discusión, una distancia de 780 kilómetros entre la tierra que dejó a los 12 años y la que lo acogió. También media una vida entera. Hablamos con el presidente de la Casa de Soria en Sevilla días antes del encuentro de casas regionales en la provincia
Pregunta.– ¿Qué le falta de Soria en Sevilla al presidente de la Casa de Soria en Sevilla?
R. En la feria nos visita mucha gente. Pero quizá la parte oficial, la parte política está poco aquí. Y eso que pensamos que las casas regionales damos mucho más de lo que recibimos. Es lo que podría faltar.
P. ¿Y qué piensa que hacen?
R. Normalmente somos embajadores y estamos divulgando la cultura de la tierra. Estamos expandiendo por otros lugares, en este caso en Sevilla y en Andalucía, la cultura y cómo es Soria. Tenemos una casa que se fundó por unos 200 sorianos, muchos empresarios. Había también comerciantes, de tiendas de comestibles y ultramarinos que vinieron para acá. Hoy día en Sevilla todo el mundo los conoce. Los primeros fundadores eran empresarios y bastante importantes. Se han ayudado mucho unos a otros. Había empresas de construcciones, de arroz, comerciantes de tejidos y de ultramarinos... Todo en el mismo centro de Sevilla.
P. Son una de las casas de Soria más potentes en asociados.
R. Somos 584 familias en el último censo. Hablo de núcleos familiares. Hijos de Sorianos estaremos unas 350 familias, porque el censo incluye a otras de Castilla y León. Hace años se decidió meter al resto de provincias en nuestra casa y de ellas habrá unas 100. Luego hay otro centenar que son simpatizantes.
P. ¿Qué se cuentan las casas cuando se encuentran?
R. Bueno, pues hablamos de los problemas que hay, entre otras cosas. Lo difícil que es que entren jóvenes a los centros. Las personas de las casas son cada vez más mayores y van reduciendo número de socios también. Relativamente, ¿eh? porque la casa de Soria en Sevilla en los últimos años ha rebajado la edad. Antes era muy mayor y hoy se ha rebajado. Es una media de entre 40 y 50 años.
P. ¿Tienen futuro los centros regionales, pues?
R. Lo tienen, pero muy, muy difícil. Nosotros miramos y siempre nos hemos defendido por nuestros propios medios, hasta ahora.
P. ¿Qué se llevaría de Soria a Sevilla sin pensarlo dos veces?
R. Sin pensarlo nada el fresco que hay en Soria. Eso es lo que me llevaría. Y también la gastronomía.
P. ¿Cómo salva usted los kilómetros que hay entre Matute de la Sierra, pueblo en el que nació, y Sevilla?
R. Entre Soria y Sevilla siempre hay recuerdos. Estamos agrupados pero nos tira la tierra. Por eso nos reunimos, hacemos la feria y traemos aquí productos sorianos. Estamos expandiendo la cultura de Soria y la gastronomía en los viajes.
P. El algodón no engaña. Su acento es más sevillano que la Giralda.
R. Pues los de aquí me dicen lo contrario. Entonces será una mezcla. Llevó muchos años y algo se pega, pero no tanto. De aquí me notan enseguida que soy de fuera. Somos muchos los que en tiempos vinimos a Sevilla. Las casas más emblemáticas de comercio, ultramarinos y pequeños supermercados en todos los barrios son de sorianos.
La gente de Soria siempre ha triunfado fuera de la provincia. Venía una familia, montaba un comercio y luego traían al sobrino, al primo... para trabajar en ese negocio o le buscaban otro. Se ayudaban entre ellos.
P. ¿Qué es lo que más echaba de menos cuando se marchó de Soria?
R. Es que yo de Soria me fui muy pequeño, a los 11 o 12 años a estudiar a Navarra. Unos hermanos salimos y otros se quedaron. Fuimos seis y dos se quedaron en Soria. Hacia Sevilla tiró la hermana mayor y luego fuimos el resto. Mis padres murieron en Soria.
P. ¿Qué se le pegó del carácter sevillano?
R. Bueno, el sevillano es que lo da todo. Al principio puedes pensar que es superficial, pero nada de eso, cuando lo dan, lo dan todo. Para un soriano es un lujo vivir en Sevilla, pero también lo es haber nacido en Soria. Los sorianos hemos tenido todas las posibilidades por nuestra forma de ser, por la seriedad, por ser constantes en nuestro trabajo, por todo eso.
P. ¿Cómo entiende Sevilla el fresco, como lo llama, de Soria?
R. Siempre dicen que hace frío en la provincia, donde además van muchos sevillanos y andaluces, a las rutas y también a buscar el frío, a la nieve. Lo que pasa es que cada vez hace menos frío.
P. ¿Qué encontró allí que no haya aquí?
R. Aquí, Andalucía también era pobre. Pero en esta tierra se da mucha facilidad a las cosas. El que viniésemos de fuera no era ningún problema. Siempre se atendía y te apoyaban bien. Es diferente a provincias de otras autonomías del norte, que te apoyan pero no es lo mismo.
P. Cuénteme, cuál es el color especial de Soria.
R. Soria tiene cosas muy buenas. Por ejemplo, el personal, el trabajador es muy bien acogido en todas partes y la provincia también acoge muy bien. Eso lo han notado los sevillanos, que les encanta Soria cuando han ido. Les gusta en todos los aspectos ¿me comprende? Lo que ven es también que hay muy poca población. Cuando les digo que hay 513 pueblos y la capital, pues es que es la mitad de Dos Hermanas.
P. ¿Qué aporta la pertenencia a una casa regional?
R. A mí personalmente muchísimo trabajo. (Ríe). Echo más horas ahora que cuando era autónomo. Tener una relación con los demás sorianos que residen fuera está bien. Y también está la cantidad de actividades que tenemos, talleres y muchas más cosas.
P. ¿Cómo ve su tierra?
R. La veo con porvenir, pero creando nuevos trabajos y teniendo mucha iniciativa. Sí hay futuro, pero es muy complejo. Cuesta mucho que los pueblos vuelvan a ser lo que eran, con la ayuda de diputaciones y todo lo que la gente pueda crear a nivel de empresas de nueva creación.
P. En su caso ¿qué ocurre con la siguiente generación?, ¿continúa el vínculo con Soria?
R. El vínculo es total, total. Mis hijos son acérrimos de Soria y los primos de Soria con Sevilla. No sé si será por la forma de ser de la familia, que siempre ha estado unida, pero todos se juntan lo mismo aquí que allí.
P. En ocasiones, desde las instituciones se ha tirado el guante a los sorianos de la diáspora, apelando a un posible regreso o empadronamiento en el lugar de origen.
R. Es algo que veo muy difícil. Las personas mayores tienen los hijos aquí, quiero decir, fuera de Soria. Lo que no es difícil es pasar e verano, mantener las casas en los pueblos y acudir en vacaciones. Hasta un momento dado todo se puede. Pero resulta difícil llenar los pueblos de Soria. Eso tiene que ser con gente joven, ofreciendo todas las posibilidades que se pueda.