Entrevista. Marian Ramos Moreno
«En el Palacio Ducal de Medinaceli estás rodeado de arte y de la magia y belleza que habitan en él»
En lo cercano, esta voz acogedora es capaz de pasar de la ópera a una acuarela pongamos que peruana y de ésta, a un herrerillo o a la dura migración de la golondrina, pasando por un Palacio que la cautiva como el primer día. El motor de la Fundación DeArte, de Medinaceli, también lleva su nombre. Recaló en el sur por aquello de la vida y no piensa migrar, a diferencia de pájaros que fotografía. Se llama Marian.
Pregunta.– Cuénteme por qué se enredó en esto, oiga.
R. Empecé a trabajar en la Fundación DeArte justo cuando me vine a vivir definitivamente a Esteras de Medinaceli, aunque ya anteriormente había vivir aquí. Fue por mediación de Inma, que trabajaba en el Ayuntamiento. Ella recibió la llamada de Miquel Tugores para ver si conocía a alguien que pudiera trabajar en el Palacio Ducal. Le habló de mí y ahí comenzó esta aventura. No solamente en lo laboral, sino todo lo que conlleva el Palacio en la vida de una persona.
P. ¿En qué consiste su trabajo y qué conlleva en la vida de Marian?
R. Mi trabajo es llevar la contabilidad del Palacio Ducal, recibir a los visitantes que acuden al Palacio, la Maison de Eros y ahora también al Aula Arqueológica y la Alhóndiga. También recibir a las personas que vienen a los eventos y las exposiciones, inauguraciones y festivales que tenemos.
Yo estoy por las mañanas y mis compañeros, mañana y tarde. ¿Qué conlleva en mi vida? Me ha llevado a conocer a amigos, conoces mucha gente, te cambia la vida... Esteras de Medinaceli es una maravilla y estoy encantada con mi vida aquí en el pueblo, pero somos muy poquitas personas.
He conocido también a gente con las mismas aficiones, que le gustan las aves, vas a pajarear o a hacer fotografías. Hemos hecho exposiciones y expuesto fotografías mías de aves, junto a otros compañeros también fotógrafos.
Para mí era impensable ir a una ópera. No me gustaba absolutamente nada hasta que llegué al Palacio, fui por primera vez a una ópera y me quedé fascinada. No entendí cómo antes no me había llamado este género musical. También entiendo que el sitio es mágico.
P. ¿Por qué esa reticencia generalizada a géneros como la ópera y la zarzuela?
R. No es lo mismo escucharlos en radio, en el cd o en el móvil que escucharlos en directo. En directo te envuelven las voces, te traspasan los poros. A mí me emocionó, me llenó, era como un halo de magia. Desde entonces, asistir a los eventos de la ópera en el Palacio Ducal es algo vital. No concebiría estar trabajando ahí y no ir a un evento o a la ópera. Es una maravilla.
P. ¿De qué hablamos cuando hablamos de arte?
R. Para mí el arte es percepción, experiencia. Cuando oigo a Miquel hablar de los cuadros, de las obras de arte que llegan al Palacio... es su percepción, su experiencia, tanto de vida personal como laboral. Yo lo percibo de otra manera. Y las personas que vienen al Palacio de otra distinta. Entonces el arte es como tú percibes una obra, si a ti te transmite, si no te transmite. Cuando a los niños que vienen les preguntas si les ha gustado y por qué, te explican lo que ellos han sentido.
P. Una percepción también de la vida.
R. Eso es. Según la experiencia que has tenido en tu vida, esa obra te va a transmitir una cosa, una emoción o algo visual, pero solo a ti porque tu experiencia de vida es única. Es lo maravilloso del arte, tan maravilloso por eso. Depende de las personas que vean la obra de arte, así será el número de efectos que produce, todos diferentes.
P. Y van ya más de tres lustros 'cantando', 'pintando' el arte en Medinaceli.
R. Sí, es impresionante. Todo es gracias a Miquel Tugores, que tiene una cabeza como un ordenador muy potente. Lleva muchísimos años maquinando, a ver de dónde puede sacar ayudas, subvenciones... Todos los años, el cartel del festival lírico, tanto la zarzuela como la ópera, son de una calidad alta. Son profesionales y de un elenco buenísimo.
P. ¿Cuál es su anhelo?
R. Me siento bastante plena últimamente. No anhelo. Soy de Madrid y te puedo decir lo que no anhelo. No anhelo los ruidos, el bullicio de Madrid, los coches; estoy encantada con vivir aquí rodeada de naturaleza, gente afable, las aves. No por mí, sino por mi hijo, sí anhelo que hubiera algo en lo que los chavales se pudieran divertir y entretener. Y anhelo a mis padres, por supuesto.
P. Concretemos el trabajo de DeArte.
R. Lo que hacemos es darle un uso cultural al Palacio Ducal, la Maisón de Eros, Aula arqueológica y la Alhóndiga. Ese uso cultural consiste en las exposiciones permanentes y temporales que tienen. Está el Mosaico romano, el Patio del siglo XVII y hay dos salas de historia de Medinaceli. Luego están los seis festivales que tenemos todos los años y distintos eventos y exposiciones, de escultura, pintura, fotografía y en algunos casos también de arte.
P. ¿Cuál es el mayor tesoro de Medinaceli?
R. El hecho de que sea una villa con tantísima historia, desde los celtíberos pasando por los romanos, los árabes que tuvieron ahí un centro fundamental en España, trasladado de Toledo a Medinaceli... Creo que toda esa cultura que Medinaceli trae a sus espaldas y el hecho de que el pueblo esté tan bien conservado y sea un pueblo tan bonito es un mayor tesoro. Es todo el pueblo bonito, todo el pueblo es bello. Esas dos características son las que hacen que Medinaceli sea único. Es como si toda esa historia estuviera en el aire.
P. Y un tesoro por descubrir.
R. Literalmente Almanzor: se cree que está enterrado en en la zona junto con su tesoro. Sí podría ser un tesoro literalmente por descubrir.
P. De todos los personajes guerreros y belicosos, condes y nobles que han pasado por Medinaceli, ¿quién cree que tendría mejor oído para la música?
R. Posiblemente los VIII duques que Medinaceli, que fueron benefactores y protectores del Cristo de Medinaceli. Tenían un pasadizo desde el Palacio Ducal a la Colegiata para asistir a la ceremonias religiosas. Seguro que tenían una sensibilidad especial para escuchar música y me los puedo imaginar allí escuchando el maravilloso órgano de la Colegiata.
P. Entiéndame, ¿hay vida más allá de Tugores?
R. Miquel Tugores es una pieza fundamental en la Fundación DeArte. Pero detrás de Miquel hay un equipo de tres personas que somos José, Alex y yo, que estamos en tres espacios. Y sin estas tres personas, la fundación no sería igual. Miquel es fundamental, pero las personas que estamos en el equipo también lo somos.
P. ¿De qué la rescata el arte?
R. El arte te transmite y en el Palacio suele haber cuadros que te enamoran totalmente. Los hay bonitos, pero luego hay una serie de cuadros que es como ¡uf!, que enamoran. Hay una conexión igual que con las personas. Un cuadro del que me enamoré lo tengo en casa; me lo regaló Miquel. Es una acuarela que refleja una cara preciosa de una chica jovencita. La miro y veo belleza. Representa... pues lo que tenemos todos, a lo mejor un rincón con un trauma, con algo triste o algún dolor. Mis ojos solo van a ella y a mí me rescata cuando la miro. El arte que me gusta me abstrae de un dolor o una tristeza o me hace olvidar algo momentáneamente, cuando estoy disfrutando de esa obra.
P. ¿Qué lugar ocupa la música en tiempos de Spotify y plataformas varias?
R. Aquí hemos tenido cantantes, de jazz por ejemplo, que están en Spotify. Tener música lírica, folk, etcétera, en un Palacio del siglo XVI con arte contemporáneo, es una mezcla bastante productiva en todos los sentidos. Ya no es solamente ir a ver o escuchar a un grupo, sino que estás rodeado de arte y de toda esa magia y esa energía que habita en el Palacio Ducal.
P. ¿Cuándo se cruzaron en su vida los pájaros?
R. Pues es que siempre he tenido muchos pájaros en la cabeza, aunque todos con alas. Cada vez que veía un pájaro era como ver algo mágico. Siempre me han llamado mucho la atención. Poco a poco los he ido observando más de cerca con la cámara de fotos. Y a partir de ahí he podido ir estudiándolos e identificarlos, leer sobre sus comportamientos.
La migración de aves me parece de las cosas más maravillosas que he podido aprender, un mundo maravilloso y muy, muy variado porque ni todos los pájaros actúan igual, ni todos son iguales, ni tienen las mismas facetas, ni siquiera en el canto. Hay tantísimo que aprender que me parece un pozo del que sacar mucha sabiduría. Además ellos tienen una inteligencia brutal.
P. Quién pudiera migrar y parecerse.
R. Para las personas más nómadas y que les gusta cambiar de lugar, sí. Pero ellos hacen migraciones por lo general duras, algunos de miles de kilómetros, y tienen que sufrir tormentas duras y en algunos casos no llegan al lugar de destino. Para quienes les guste viajar, ir a otro lugar, sí, pero asumiendo unos riesgos bastante grandes. A mí no me gusta la migración. A mí me gusta ir y volver.
P. ¿Soria sólo piensa en el norte o también deja hueco al sur?
R. Más que en el norte o sur, creo que debería pensar en la despoblación que estamos sufriendo y en el por qué, por ejemplo, después del covid, no ha venido más gente a teletrabajar; por qué en Esteras no aumenta el número de de habitantes. A lo mejor es poque tenemos el hospital más cercano a 80 kilómetros. Y para cualquier prueba nos tenemos que desplazar esa distancia. Piensas en la vejez de las personas, muy mayores, que tienen que trasladarse y a lo mejor ya no pueden ni coger el coche. O quizá hay que plantearse por qué no hay una formación profesional variada por aquí cerca, en la que los chicos puedan elegir y no se tengan que ir a vivir a Soria. Creo que ahora en Arcos han ofrecido algo pero tampoco variado.
P. ¿Quién se cree más a DeArte, Soria o Madrid?
R. Me gustaría que fueran las dos, pero realmente estamos un poco abandonados. Con todo lo que ofrecemos, la calidad que hay en todos los eventos que se ofrecen en el Palacio, con lo que dinamizamos la provincia, y lo que se mueve a partir del Palacio, pienso que estamos muy olvidados en general.