«Al lado de la pobreza veo cosas positivas, como la gente que emplea su tiempo con los pobres»
En las próximas 48 horas, a poco que usted, lector, ande por la ciudad, verá a un pobre. Pero no lo sabrá. No necesariamente en El Collado ni en la esquina junto a Mariano Granados. El pobre hoy no es el que era y los ojos que lo miran, tampoco, que bastante tiene cada uno con lo suyo (¿o no?). Pese a ello hay quienes saben por qué en Soria no hay colas del hambre y que la pobreza tiene rostro y nombres. Hablamos con Ricardo, director de Cáritas.
Pregunta.- ¿Por qué el pobre siempre pierde?
R. La pobreza es seguramente la situación más indefensa que hay. Se es indefenso en todos los sentidos, a nivel material, pero también personal. La pobreza es a nivel material y espiritual. Es mucho más.
P. Déjeme que le diga que entonces hay pobres bastante ricos...
R. Vale, sí, claro. Cuando estamos hablando de ese doble sentido, una cosa es espiritual a nivel religioso, y espiritual a nivel de interior. La pobreza espiritual de la que te hablo es la de interior, de personalidad. No solamente religioso. Esa gente que dices tú, que es pobre espiritual, a lo mejor es rica en muchos defectos; es lo que nosotros llamamos pecados, quizá... de egoísmo, de vanidad. Eso no es pobreza.
P. ¿Qué hay al lado de la pobreza?
R. Quizá tengo la suerte de que al lado de la pobreza veo cosas positivas, los que están a su lado, la gente que ayuda a los pobres, que emplea su tiempo con los pobres. Veo esa solidaridad de la gente que dedica ese tiempo, su dinero, sus cosas a la pobreza. Al lado de la pobreza no hay que ver solo miseria, al que no tiene nada. Al lado de esa pequeña desdicha, hay voluntarios que están a ayudándoles, apoyándoles, que están ahí a su lado.
Hay muchos donantes anónimos que les conmueve el corazón y la situación de los pobres y aportan lo que ellos tienen, que a lo mejor no pueden ser voluntarios, por dificultades, por edad, por tiempo, pero sí pueden donar sus bienes, sus cosas... Yo al lado de la pobreza también veo cosas positivas.
P. ¿Cómo es el termómetro de Soria?
R. Lo calificaría entre bueno y muy bueno. En Soria hay mucha solidaridad; la gente da donativos a distintos niveles. La pobreza no solamente es material, nosotros trabajamos con distintos sectores, por pobreza material, con gente que está en cárcel, en situación de sin hogar, en distintas situaciones... Tenemos diferentes programas y a la gente le gusta apoyar esas cosas. En los momentos puntuales que sale alguna emergencia internacional la gente ha sido muy, muy generosa siempre.
P. ¿Qué le preguntaría a Dios si se lo tropezara?
R. Sería incapaz de hacerle una pregunta del susto que me pegaría. Pero si le tuviera que hacer alguna, no sé si le preguntaría por los pobres o por los ricos. Le preguntaría cómo se puede trabajar en ese sentido; cómo se puede decir a la gente que lo importante seguramente no sean los fines materiales, sino lo que llevamos por dentro. ¿Cómo podemos enseñar eso?, ¿cómo podemos ayudar a la gente a ver estas cosas?
P. Hoy se es pobre con más.
R. Se es pobre hoy con más que hace bastantes años. Nosotros estamos atendiendo a gente que está trabajando. Cualquiera que ahora mismo busque una vivienda de alquiler en Soria, sabe que por menos de 600 euros, a lo mejor no encuentra una vivienda decente. Y los sueldos tampoco son nada del otro mundo.
Hay mucha gente que para vivir con normalidad, digamos, para pagar la renta, la luz, la calefacción, el agua, la comida y la ropa diaria tiene que tener prácticamente dos trabajos. Y no hablemos si tienes niños en el colegio.
P. Si reseteamos al pobre, ¿encontramos solo al inmigrante?
R. No encontramos solo un inmigrante. Digamos que es un añadido más para la gente que tiene necesidades aquí. La gente que viene de fuera, lógicamente, viene con más necesidades normalmente porque vienen de situaciones mucho peores de las que tenemos aquí.
P. Sin faltarle comida o ropa, ¿en qué se siente pobre usted?
R. A lo mejor me siento pobre en el amor que trasladas a los demás, en esa empatía que puedas tener con quien tiene más necesidad. En eso me siento pobre. Ves tanta necesidad o tanta posibilidad que dices ‘tanto más podría dar yo que no doy’.
P. ¿Cuántos pobres hay en Soria?
R. En Soria hay más pobres de lo que parece. Nosotros venimos atendiendo cada año aproximadamente a casi 900 personas. A algunas varias veces, porque les tienes que ayudar durante una temporada. Y esas 900 personas tienen sus familias, por lo que igual estamos hablando de casi 3.000, que conozcamos.
Seguramente hay gente que no va a pedir ayuda muchas veces por vergüenza. Un sector en el que hay más pobres de los que pensamos son las personas mayores, jubiladas con pensiones muy pequeñitas. Y esa gente está acostumbrada a lo mejor a vivir con su pensioncita y no va a pedir.
P. ¿Por qué ayudamos, por lavarnos la conciencia, por generosidad, porque hay que distribuir la riqueza, por ética, por religión...?
R. Yo pondría todas esas razones. Cada uno tendrá la suya, supongo. Lógicamente la ideal sería la de repartir la riqueza. El pensar que tenemos que repartir la riqueza un poco entre todos. Luego hay gente que es muy generosa y ayuda o aporta o da un donativo. Todos son motivos lógicos.
P. ¿Quién tiene la culpa de que haya pobres desde que el mundo es mundo, la sociedad o los políticos?
R. Ojalá lo supiera. No me atrevo a decir quién tiene la culpa. Pero sí que la culpa la tiene el hombre.
P. Ojos que no ven en corazón que no siente. Aquí en Soria no se ven físicamente esas filas del hambre. Así que qué más da un pobre durmiendo junto a un cajero o en la entrada de la Soledad.
R. ¿Aquí en Soria no se ven las colas del hambre? Yo creo que intentamos evitarlas. A mí nunca me han gustado. Pero aquí en Soria sí se reparten alimentos con la suficiente discreción, como para que no se hagan esas colas del hambre.
En Soria hoy por hoy creo que no hay nadie o casi nadie que esté viviendo en la calle. La gente que duerme en un cajero o que duerme en la Dehesa son gente de paso por Soria. Se intenta que no duerma en la calle, tanto a través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento como a través de Caritas, pero se intenta que aquí no tenga nadie que dormir en la calle. Por eso trabajamos cada día y no solamente nosotros, sino también el Ayuntamiento con sus Servicios Sociales.
P. ¿La ofensiva contra la pobreza la ganan las ONGs o el Gobierno?
R. Yo creo que entre todos. Ten en cuenta que Cáritas no es nada más que una entidad subsidiaria de lo que la Administración no lleva. En principio, la administración está en primera fila, luchando contra la pobreza y buscando las mejores soluciones. Pero lógicamente, hay cosas a las que no llegan por legislación o porque, bueno, lo que te comentaba de los inmigrantes, que se pueden quedar en una situación irregular en Soria o con problemas.
Ahí tiene que entrar ya Caritas porque la Administración no les puede ayudar o no tiene los medios suficientes. La ofensiva es común. Nosotros vamos de la mano de la Administración, tanto del Ayuntamiento como de la Junta, como de la Administración central, e incluso europea porque trabajamos también con fondos europeos.
P. ¿De verdad cree que la pobreza tiene arreglo?
R. A eso se le llama esperanza ¿no? Tengo fe en ello y trabajo cada día para que se arregle. En un futuro cercano no se va a arreglar, ¿qué se arreglara en un futuro lejano? Ojalá. O al menos que no empeore más.